Imagínese la fusión musical de un original sacerdote de Pamplona con 26 años de experiencia dirigiendo coros de cantos gregorianos; un agnóstico músico inglés galardonado por producir soundtracks de películas de Danny Boyle; un católico romano con la destreza al producir música de documentales, series televisivas, un famoso músico musulmán marroquí y la voz del Papa Benedicto XVI. ¿Le suena el regalo ideal para esta Navidad?
El pasado miércoles, en medio de la tormenta que azotó las calles de Londres, en la Catedral de Westminster se presentó el disco Alma mater, el mismo que incluye la voz del Papa Benedicto XVI y que ha sido dirigido por monseñor Pablo Colino, Simon Boswell, Stefano Mainetti y Nour Eddine. Parecía que la arquitectura Neo-Bizantina de la iglesia católica más importante de Inglaterra y Gales abrazaba una nueva manifestación de cambio de los tradicionales himnos católicos.
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Una amalgama de cantos gregorianos con ocho armonías clásicas-contemporáneas en voces del coro de la Filarmónica Academia de Roma y los instrumentos de la Royal Philharmonic Orchestra con mensajes religiosos en la voz del Pontífice estaba lejos de convertirse en la monótona música de iglesia. “Noble y sereno”, así lo llamó monseñor Colina.
La idea de producir el disco surgió del padre Gulio Neroni, un director artístico de St Paul que había escuchado cantar al Papa la Regina coeli, en el 2005.
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Impresionado por la calidad de la voz del Pontífice, Neroni pensó que podría fusionarla con música clásica y crear un disco nunca antes logrado. Allí aparece la figura de monseñor Colino, profesor de música sacra y director del Pontificio Instituto de Música Sacra de Roma en los años cincuenta, a quien la idea le pareció un reto desde el primer momento. “Ha sido un arduo trabajo conseguir que los coros calzen con las composiciones musicales”. Y claro, más aún si la audiencia deseada es de magnitud mundial (las interpretaciones del Papa están en latín, francés, italiano, alemán y portugués) y el público es gente más joven. Es por eso que el sello disquero detrás de Alma mater es el mismo que graba los discos de Take That y Nirvana, por mencionar algunos.
Monseñor Colino acompañado de Boswell, Mainetti y Eddine ofrecerán una serie de conciertos que empezaron con el de la Catedral de Westminster. “Encontrarme en la histórica Basílica de San Pedro y escuchar cómo resuenan en el ambiente los cantos gregorianos ha sido una experiencia fascinante y una gran responsabilidad, como lo fue utilizar la voz del Santo Padre. Para mí, el álbum tiene una esencia emocional y elevadora, como el arte renacentista, y no tienes que ser católico, anglicano o musulmán para apreciarla”, expresa Boswell.
Resulta fascinante la melodía árabe del disco, contribución de Nour Eddine, un famoso músico y compositor marroquí residente en Italia. “Descubrí que los cantos gregorianos y las melodías árabes tienen profundas raíces históricas tanto en el mundo musulmán como en el cristiano. El momento en que la tradición gregoriana y mi melodía árabe se fusionaron de manera tan armoniosa fue verdaderamente mágico”.
Los críticos de música ya han dado su veredicto. Neil Fisher, de The Times, concedió dos estrellas al disco. El crítico de The Guardian, Tom Service, da más crédito a la obra de los tres compositores que al mismo Papa.
Lo cierto es que Alma mater no solo es una estrategia de marketing para captar fondos para fundaciones de niños, sino tal vez sea la manera más eficiente de preparar el terreno para la llegada del Sumo Pontífice a Londres a finales del 2010. La primera visita papal al Reino Unido en 28 años.
Datos
Idea. No es la primera vez que se echa mano de un Papa para una iniciativa de este tipo, ya que hace una década se publicó el disco Abba pater, con la voz y reflexiones de Juan Pablo II en inglés, francés, español, italiano y latín.
Proyecto. El catolicismo vuelve a confiar en el poder comunicativo de la música para enviar su mensaje al gran público y parece haber encontrado en Benedicto XVI el compañero para este viaje.
Dónde. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha precisado que no se trata de un disco de Benedicto XVI como tal, sino que es un trabajo “inspirado en la voz y la espiritualidad del Papa”.
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