Avery, una muñeca de centro comercial de 25 cm de altura y de plástico inyectado en molde, cuyo cabello rubio cae en cascada hasta sus rodillas, no tiene nada de Rapunzel. Rapunzel habría envidiado el elegante guardarropa de Avery y su arsenal de herramientas, desde el lápiz labial hasta un diminuto rizador de cabello.