El gobierno de Irán anunció ayer un plan para construir diez nuevas plantas de enriquecimiento de uranio, en un claro gesto de desafío tras la reprimenda de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), organismo de control  de la ONU, por su trabajo nuclear secreto.

El proyecto posiblemente tensará aún más las relaciones con las potencias de Occidente, que sospechan que la república islámica busca desarrollar bombas nucleares, una acusación que Teherán rechaza.

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El presidente de línea dura, Mahmoud Ahmadinejad, afirmó que el país debería apuntar a producir entre 250 y 300 toneladas de combustible nuclear al año.

La emisora oficial IRIB sostuvo que la ubicación de cinco de las plantas ya había sido decidida y que el trabajo comenzaría dentro de dos meses.
El proyecto tensará aún más las relaciones entre la república islámica y grandes potencias que buscan una solución diplomática a una antigua disputa sobre el programa nuclear iraní. Potencias occidentales sospechan que Irán busca desarrollar bombas nucleares, acusación que Teherán rechaza

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Menos cooperación
Anteriormente durante el día, legisladores iraníes instaron a su gobierno a desarrollar un plan para disminuir su nivel de cooperación con la AIEA.
La resolución del organismo de control nuclear de la ONU adoptada el viernes pasado por 35 países, instó a Irán a aclarar el propósito original de la recién revelada planta de enriquecimiento de uranio, escondida dentro de un búnker en una montaña, a que detenga su construcción y a que confirme que no hay más sitios ocultos.