Soy muy sincero, nunca encuentro el tiempo de disfrutar del dramatizado español Física o Química. Mi interés por el programa ha ido creciendo con el paso del tiempo y episodios perdidos.
El drama sigue la vida de alumnos y profesores de un colegio donde los estudios prácticamente son inexistentes debido a la cantidad de problemas que sus protagonistas enfrentan en cada episodio.
Publicidad
Desde sus inconvenientes sentimentales, embarazos, drogas y dilemas sobre la sexualidad, la serie narra sin tapujos hechos que existen pero que en nuestra realidad ecuatoriana son tapados con misterios y secretos.
Al principio se trataba de una simple curiosidad por el continuo análisis de una sociedad muy distinta a la nuestra, pero que al mismo tiempo lidia de manera directa con problemas muy similares.
Publicidad
Lamentablemente, al no poder seguirla semanalmente, no entiendo absolutamente nada de lo que está pasando. En algunos episodios una pareja está unida, y en otro ya están besándose con otros, una de las protagonistas ya tiene un hijo, y ni ella ni yo sabemos quién es el padre.
Al igual que su mellizo canadiense, Degrassi, la exploración necesaria y a veces exagerada de la juventud actual es muchas veces la única referencia viable y de confianza para muchos adolescentes confundidos. Así como Homero Simpson aprendió sobre sexo viendo a los monos del zoológico, hoy por hoy, la televisión nos enseña esto y mucho más en alta definición.
(*) Miércoles, 21:00 por Antena 3