En algunas zonas del mundo el logotipo de la página de inicio de Google  muestra al monstruo comegalletas devorándose las letras que conforman el nombre del buscador. Es un homenaje a Plaza Sésamo, uno de los programas infantiles pioneros de la televisión educativa contemporánea, que llega a los cuarenta años de existencia.

Surgido en Estados Unidos y conocido por su versión original en inglés como ‘Sesame Street’, este espacio ha recibido, a lo largo de su trayectoria, 118 premios Emmy. Tras cuatro décadas de existencia, Plaza Sésamo, del que se han hecho distintas versiones alrededor del mundo, sigue tan fresco como siempre. 

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El programa partió de una investigación del Instituto Carnegie, que en 1966 contrató a una productora, Joan Ganz Cooney, para conocer si la televisión podía usarse para ayudar a los niños a prepararse para ir a la escuela. Tres años después, ‘Sesame Street’ salió al aire y durante su existencia ha sido visto en más de 120 países.

A Latinoamérica llegó en 1972, con el nombre de ‘Plaza Sésamo’, a través de la versión mexicana. Estaba enfocado en la educación preescolar y reforzaba conceptos como la diversidad, la igualdad de género y la salud.

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‘Plaza Sésamo’ era el mejor para los más chicos del hogar, recuerda Fernando Gálvez, quien fue asesor creativo, libretista, jefe de libretistas, actor y titiritero (hizo el personaje de Calcetín) en el programa ecuatoriano ‘El Dr. Expertus y los 12.000 jiwiwis investigadores’ (luego ‘Expertus y Hanna’).

“Yo veía ‘Plaza Sésamo’ desde niño, y era lindo porque tenían muchos videoclips dedicados a los números, las letras. Era líder en la programación, en primer lugar porque era único, no había ningún otro programa de su clase como competencia; segundo, era de una calidad muy alta; y tercero, porque no era (ni se esmeraba por ser) un “programa educativo”, era solo un programa con dibujitos animados, canciones increíbles y personajes divertidos que solo se dedicaban a ser ellos mismos, pero que al final del día nos habían enseñado con canciones y juegos aspectos como el aseo, la amabilidad, etcétera”, dice Gálvez.

A más de la participación de humanos, el programa usa unas marionetas  (muppets) creadas por Jim Henson, quien las diseñó en su taller. Posteriormente, él mentalizó el ‘Show de los Muppets’. Simultáneamente a la versión mexicana, en 1972 salió la versión brasileña y posteriormente vinieron otras en países como Alemania, Holanda, España, Israel, Rusia, China, Egipto, Camboya e India, las cuales se acoplaban a la realidad social del lugar o de la región.

Por ejemplo, en Israel el elenco incluye al árabe-israelí Mahboub y a su vecino judío-israelí Noah. Ambos van aprendiendo a compartir y llevarse bien. En Palestina, el personaje de Haneen es una niña de cinco años que tiene una gran confianza en sí misma y cuyo lema es “¡Yo puedo!”.

Un caso especial es el de Sudáfrica, donde hay once idiomas oficiales. Allí, la Plaza Sésamo es un lugar donde todas las razas se encuentran. Debido al alto impacto del VIH  en ese país, incorporaron a Kami, un alegre personaje portador del virus. Desde el 2002, Kami ha ayudado a combatir la cultura del silencio que hace que muchos sudafricanos se abstengan de buscar y recibir ayuda médica.

María Elena Ordóñez, quien fue directora del programa ecuatoriano ‘Arcandina’, que promovía en los niños el cuidado ambiental, señala que una de las cosas que diferenció a ‘Plaza Sésamo’ del resto de programas para niños es que especialmente en Latinoamérica “fue de los primeros en explorar el entretenimiento educativo y de explorar formas de que lo educativo no sea aburrido”.

Agrega que dentro del proceso de creación del concepto de ‘Arcandina’ vio y estudió muchos programas para niños de diferentes partes del mundo, entre los que se cuenta ‘Plaza Sésamo’, “no obstante, no fue este ni el más importante ni el más estudiado”.

El actor Augusto Enríquez, director del grupo Kurombos, señala que “la mezcla de personas (actores-animadores), títeres en sus diversas variedades y técnicas, y los dibujos animados es lo que le da variedad y riqueza narrativa a las historias, creando varios niveles de percepción al público”.

Hasta el 2008, ‘Plaza Sésamo’ español se transmitía en 46 países en que este idioma es oficial o es hablado por comunidades significativas. El programa también encara problemas globales. En el 2006 lanzó una campaña de hábitos saludables con la Federación Mundial del Corazón, para enseñar la importancia de una dieta balanceada. Además, este año el gobierno estadounidense se asoció con ‘Plaza Sésamo’ para crear una campaña publicitaria que llama a los niños a protegerse contra la gripe AH1N1.

La educadora de párvulos Marcela Santos indica que empezó a verlo cuando estudiaba la carrera. “Encontré en él todo lo que como estudiantes debemos saber para enseñar a los preescolares. Tenía unos personajes muy vistosos, cada uno con su personalidad”, dice.

Los personajes originales de ‘Plaza Sésamo’ son Lucas, el monstruo comegalletas, Abelardo Montoya (cuya versión en inglés es Big Bird), Beto y Enrique, la rana René, El Conde Contar, Archibaldo y Greñaldo. Óscar el Gruñón, Telly Monster y Elmo son algunos personajes que se adhirieron luego al programa. Este último tiene su propia serie desde el 2000.

Irene Ycaza, educadora de párvulos, maestra de música, cantautora infantil y titiritera en el colegio Alemán Humboldt de Guayaquil, sostiene que en sus múltiples labores ‘Plaza Sésamo’ le ha sido de gran ayuda. “Refuerza mucho de lo que se enseña a los niños en el preescolar: valores, formas, colores, centros de interés”.