El escritor portugués José Saramago presentó Caín, una nueva y polémica revisión sobre el contenido de la Biblia, que calificó de ser un manual de malas costumbres, y aseguró que su motivación para seguir escribiendo es desasosegar.

Apenas un año después de la publicación de El viaje del elefante, Saramago, de 86 años, regresa con una obra que indaga en los orígenes más remotos del hombre, según el Antiguo Testamento.

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“Hay un aborregamiento de la sociedad actual”, manifestó Saramago durante la presentación del libro en la Casa de América de Madrid. “Yo no escribo para agradar. Escribo para desasosegar”, añadió.

Con más de 30.000 ejemplares vendidos desde su publicación hace dos semanas en España y Portugal, Caín (Alfaguara) levantó una enorme polvareda de críticas de la Iglesia católica portuguesa, muy molesta con el libro.

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Saramago explicó que la jerarquía eclesiástica se ha pasado años interpretando la simbología de la Biblia, pero se ha olvidado del contenido real, que, en su opinión, muestra un Dios cruel que toma decisiones arbitrarias.

“Dios no es de fiar”, insistió el Nobel de Literatura. “No me interesa nada la lectura simbólica. Me interesa la letra del texto: la Biblia es un manual de malas costumbres, crueldad infinita, incestos y carnicerías”.

Caín sigue la línea abierta por Saramago en 1991 con El Evangelio según Jesucristo, una de sus novelas más polémicas.

En este caso, partiendo de la historia entre Caín y Abel, el escritor muestra su particular visión sobre algunos de los episodios más significativos del Antiguo Testamento: el abortado sacrificio de Isaac por Abraham, la destrucción de Sodoma y Gomorra, la batalla de Jericó o el diluvio universal, y otros.

“Todos creen haber leído la Biblia, pero no la hemos leído. La lectura simbólica está hecha para mentir”, añadió. “La historia de la humanidad es la historia de la muerte del hombre. El hombre siempre está muriendo”, agregó.

Saramago precisó que la lectura de Caín no está reñida con la fe de la gente, que respeta en lo más profundo. Además, afirmó que no piensa amedrentarse ante las críticas de nadie y que, a punto de cumplir 87 años, tiene cuerda para rato.

“Mi mensaje para los lectores es que no se preocupen. No voy a desistir”, explicó. “Tengo poca vida para vivir. La usaré para ensanchar la acción pública de mi trabajo”.

Recuperado de una grave afección respiratoria en el 2007, Saramago anunció que su próxima novela, que ya ha comenzado a redactar, “no será sobre el Corán”, pero sí sobre algo “tan importante como todos los libros sagrados del mundo”: la ausencia de huelgas en la industria del armamento.

Caín, publicada originalmente en portugués, fue traducida al español por su esposa, Pilar del Río. Saldrá a la venta en América Latina a lo largo de este mes, con una tirada inicial de 130.000 ejemplares.

Saramago, quien reside habitualmente en España, es uno de los referentes de la literatura mundial en el siglo XX.

Es autor de obras tan conocidas como El año de la muerte de Ricardo Reis, La caverna y Ensayo sobre la ceguera. Ha logrado múltiples distinciones durante su trayectoria, entre otras el Premio Nobel de Literatura en 1998.