La Nasa lanzó este miércoles el cohete experimental Ares I-X, una etapa fundamental en el programa Constellation que reemplazará a los transbordadores a partir de 2015 y aspira a llevar al hombre de regreso a la Luna y luego a Marte.

El cohete de casi 100 metros de altura -el más grande del mundo actualmente- despegó a las 15h30 GMT (11h30 locales). El martes la Nasa había tenido que postergar el lanzamiento debido a condiciones meteorológicas desfavorables.

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El primer vuelo de este prototipo duró como estaba previsto dos minutos y medio. Frenado por paracaídas, luego cayó al océano Atlántico, donde será recuperado.

El segundo piso y la carga útil de Ares 1-X son réplicas.

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Ares 1-X es el prototipo del futuro lanzador Ares 1, con el cual la Nasa quiere propulsar en el 2015 a la cápsula Orion, que debe sustituir a la actual flota de transbordadores espaciales. El último vuelo de transbordador está previsto entre setiembre de 2010 e inicios de 2011.

Al terminar la prueba, se escucharon aplausos en la sala de control, según las imágenes difundidas por la Nasa.

Jeff Hanley, director del programa Constellation -que engloba Orion y Ares 1- dió las gracias al equipo responsable del desarrollo de Ares 1: "Es el lanzamiento de cohete más hermoso que he visto", declaró.

Los datos recolectados durante la prueba, con un presupuesto de 445 millones de dólares, provienen de más de 700 captores repartidos en el conjunto de Ares 1-X y su análisis llevará varios meses.

Esta prueba debe permitir tener una primera idea sobre la estabilidad y seguridad del lanzador. Los ingenieros podrán así verificar y mejorar su modelo informático del cohete.

Durante el test, la altitud máxima alcanzada fue de unos 45.000 metros. La separación del segundo piso ocurrió a unos 40.000 metros.

"Este es un gran paso adelante para los objetivos de exploración de la Nasa", indicó Doug Cooke, responsable de los sistemas de exploración de la Nasa.

"Ares I-X brinda a la Nasa una enorme cantidad de datos que serán usados para mejorar el diseño y seguridad de la próxima generación de vehículos estadounidenses espaciales, vehículos que podrían llevar de nuevo a los humanos más allá de la órbita terrestre".

La Nasa espera usar Ares 1 para llevar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS) pero también para vuelos habitados hacia la Luna para 2020 y más adelante a Marte, en el marco de Constellation.

Pero el futuro de este programa iniciado en 2004 por George W. Bush es incierto.

La comisión de 10 expertos creada por el presidente Barack Obama para examinar Constellation y que acaba de entregar su informe final al mandatario sostiene que el presupuesto otorgado a la Nasa para el programa es insuficiente. Propone cinco grandes opciones que debe analizar Obama.

La comisión estima que la agencia espacial necesita el menos 3.000 millones de dólares más por año para poder realizar misiones habitadas más allá de la órbita terrestre, donde permanece desde hace 30 años con la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS).

Los miembros de la comisión ofrecen además otro escenario denominado "flexible path" (camino flexible) que, en vez de proponer la llegada al suelo lunar, propone vuelos habitados hacia asteroides y sobrevuelos cercanos a la Luna y Marte que no requieran aterrizajes complicados.

El presupuesto inicial para el programa Constellation era de 28.000 millones de dólares, pero la cifra ha aumentado a al menos 44.000 millones.

A diferencia del transbordador espacial, lanzado como un cohete y que aterriza como un avión, Orion regresa al concepto del Apollo y regresa con paracaídas sobre el mar o sobre tierra firme.