Francisco Romero Morán,
Guayaquil.- Las personas de bien estamos prisioneras en nuestras propias casas enrejadas y los malos son los dueños de la calle.
A pesar de todo lo que vemos en los noticiarios y en los diarios, aún seguimos saliendo a farrear y a tomar hasta la madrugada. Seamos más precavidos y procuremos estar en nuestros hogares más temprano.
Tomemos conciencia todos de la situación que pasamos. No andemos distraídos por la calle; no usemos las mismas rutas o caminos para ir y venir a nuestros hogares; no confiemos en desconocidos.
Francisco Romero Morán,
Guayaquil