Los familiares de Mercedes Sosa cumplieron el martes pasado con la última voluntad de la recién fallecida cantante al esparcir sus cenizas en el cerro San Javier, sitio en el que solía descansar cuando visitaba Tucumán, su provincia natal, al noroeste de Argentina.

“Mercedes fue la voz de la libertad y muchos estaban esperanzados en su canto”, comentó Fernando Sosa, hermano de la artista. El lugar donde fueron arrojadas las cenizas “será como un santuario”, señaló antes de decir que la cantante ha pasado a ser “patrimonio de los argentinos y  latinoamericanos”.

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Sosa falleció a los 74 años, en Buenos Aires, como consecuencia del agravamiento de una afección hepática.