Hay una canción de Topo Gigio que ocupó gran parte de mi niñez: “Los abuelitos, son los papás de mis papitos, nos tratan como a sus hijitos, pero nos consienten más...”. En   Vitus,  la cinta suiza  del director  Fredi M. Murer, hay un abuelo bien puesto (Bruno Ganz),  cabal en su representación, mesurado, pero extremadamente importante para el desarrollo normal de un niño superdotado. De hecho, sus escenas son las que soportan la mayor carga emocional y  calan hondo con un guión excelente.