Muchas veces, las mejores vacaciones están en la imaginación. Uno puede cerrar los ojos y soñar despierto por unos minutos. En este lapso la mente respira y el cuerpo se ilusiona entre colores, deseos y realidades alternas. Fue justamente en este lugar que mi cabeza divagó lentamente hacia un mundo paralelo, un lugar similar al nuestro donde ciertos elementos de carácter bizarro contrastan con el aquí y ahora.