La programación de People & Art generalmente nos llena de cosas interesantes. Basada en esa premisa decidí revisar Project Runway, un reality que muestra el mundo de la creación de modas. Creado por una televisora estadounidense, la serie que ya va por su sexta temporada ha recibido una nominación a los Emmy y goza de un Peabody (premios que se entregan a la excelencia de las emisiones de radio y tv en EE.UU.). Razones de más para detenerme a verlo. Y el resultado fue agradable.
Tiene datos interesantes, como una buena edición, no cae demasiado en lo visceral o en lo emocional que suele ser el plato central de la mayoría de los realities a los que estamos expuestos; y muestra las dificultades, el sacrificio y la poca facilidad que incluye intentar penetrar en el mundo del diseño de modas. Desde el principio el programa indica al televidente cuáles son los premios del concurso, que incluyen cosas concretas y no solo el mero título de “el mejor diseñador de América”, y alguna de sus variantes.
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En realidad el espectador saca en claro varios puntos a su favor: se muestra que un reality show puede ir más allá de mostrar “la seudovida de los otros”, se puede conocer de telas, de terminología de pasarela, de modelaje, de diseños, de lo que está in o out, etc. Además lo rico del programa es que muestra particularidades y excentricidades, como que Heidi Klum, la modelo alemana que conduce el show, despide a los participantes con un beso doble en las mejillas y la frase auf wiedersehen (que significa adiós en alemán). Por eso cada eliminación es denominada “ser auf’d”, en vez de “ser eliminado”.