Un jurado eligió ayer la cadena perpetua y no la pena de muerte para dos inmigrantes indocumentados culpables de un atentado con explosivos que mató a Willebaldo Dorantes, vendedor de hot dogs en el parqueo de un casino en Las Vegas.
El jurado recomendó la prisión perpetua para el nicaragüense Porfirio Duarte Herrera, fabricante de la bomba, y el guatemalteco Omar Rueda Denvers, conocido también como Alexander Pérez.
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Los fiscales señalaron que el móvil fue una venganza contra Dorantes, quien salía con la ex novia de Rueda.