Hay países cuyo perfil altísimo es tal, que no necesitan una marca país. Con solo decir que aquel profesional, que aquel producto, que aquella película proviene de ese país, ya está respaldado. Hay países que per se son una marca. Ejemplo, Estados Unidos. Algo estadounidense, yanqui o como quiera llamarse, ya viene marcado por un concepto. Por otra parte, ese país ha utilizado de manera muy libre, desprejuiciada, su propia bandera, con lo cual su marca es prácticamente su bandera. No todos los países necesitan una marca país en el sentido de un signo específicamente con esa función y ese nombre. Los países que están emergiendo o quieren potenciar su penetración en mercados internacionales, necesitan tener una marca país, porque al existir eso, no solo un signo gráfico, sino toda una política de difusión y posicionamiento del país, logran acelerar esos procesos.
¿Entonces Estados Unidos no tiene una marca país? No la tiene y creo que no tendría que tenerla, porque ya su posicionamiento es tan alto, que es difícil que una marca país lo suba más.
¿Desde cuándo existe el interés o la tendencia de la marca país? Es relativamente reciente. Con el marketing se generó una situación de competencia internacional muy acentuada. Ya no compiten las empresas que exportan, sino que compiten los países por captación de capitales, de ingreso de turistas, etc. Se busca acentuar esa penetración haciendo sinergia con toda la oferta. En ese sentido, la marca país oficia como una marca paraguas. Como un grupo que promueve todas sus actividades y ese paquete hace valorable a un país. Una marca país es como la bandera nacional, en un uso de promoción. Y como por respeto no se quiere usar el escudo o la bandera, se crea un tercer signo. A ese tercer signo lo llamamos marca país. Por eso debe tener un nivel de institucionalidad y de jerarquía emblemática muy alta. No puede ser un dibujito a la moda, o algo que solo sea dinámico y actual. No cualquier diseñador puede diseñar una marca país. Se requiere de una gran comprensión de lo que se tiene entre manos. Lo que se está creando es un ícono, hay que plasmar el género más correspondiente a ese país y hacerlo de una forma que tenga larguísima vigencia. No puede hacer un mal papel en ninguno de los temas que tiene que rubricar.En todo el mundo hay muy pocos casos que cumplan con los requisitos gráficos y jerarquías propios de una marca país. La mayoría se fatigan, pasan de moda, son efímeros.¿Y a qué se debe ese hecho? A la baja calidad profesional de quienes las gestionan y de quienes las diseñan, gentes que no distinguen géneros. Entonces, transfieren al país las estéticas, los lenguajes que tal vez provienen de una mermelada u otro tipo de signos. Tienden a pensar todas las instituciones, incluso el país, con el mismo rasero. Piensan que tiene que ser una marca moderna, divertida, animada. Aplican la misma receta, que solo vale para algunos casos. No diferencian entre un museo y un bingo, o entre un producto y un país. Incluso muchos lo dicen: al país hay que tratarlo como un producto.¿Y para efectos de promoción no es un producto? En el sentido de que hay que promoverlo, difundirlo, comunicar sus valores, en ese sentido sí. Pero no es un producto. Incorpora una comunidad, una cultura. Es un tema muy complejo, tiene desafíos duros que resolver. El país es una institución social que articula comunidades múltiples. No hay una sociedad homogénea. La marca país es prácticamente un símbolo patrio.
¿Y a quién le pertenece la marca país? Teóricamente, al Estado, a la nación, no al gobierno. Algo que los nacionales deben asumir como una prenda propia y proyectarla al extranjero. Los individuos, las empresas, las comunidades, deben sentirse orgullosos de esa marca. Si esa marca no se arraiga internamente como patrimonio propio de la nación, no es una marca país, es un logotipo de promoción efímero.¿Y se puede cambiar una marca país? Si no funciona, se puede cambiar, pero lo mejor sería no cambiarla nunca. Cuando se cambia la marca país, lo que se está diciendo es que lo que se hizo anteriormente se estaba haciendo mal.Datos Norberto Chaves ofrecerá la conferencia ‘Marcas que funcionan’ este jueves, a las 19:00, en la Universidad Casa Grande (frente a la puerta 6 del centro comercial Albán Borja).Los interesados en asistir pueden llamar al teléfono 220-2180, extensión 111. O inscribirse en el Departamento Financiero de la Universidad Casa Grande.","isAccessibleForFree":true}
Norberto Chaves tiene también una amplia experiencia como docente en universidades e instituciones educativas de Buenos Aires, Barcelona y otras ciudades. Foto: redaccion
Norberto Chaves, arquitecto argentino que reside hace 32 años en Barcelona, España, es un experto en asesoría de comunicación e identidad corporativa. Autor de una extensa bibliografía en ese campo, señala que sus libros son el procesamiento conceptual de una experiencia. Ha publicado también ensayos sobre temas de cultura y alista un libro de prosa poética. Está de visita en Guayaquil para asesorar a un grupo de estudiantes de la Universidad Casa Grande, que realizan una tesis sobre la marca país de los países latinoamericanos (estudio que desembocará próximamente en un libro), tema del que Chaves es un conocedor.
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