Azotado por años de violencia,  represión y pobreza, los pronósticos de que Afganistán pudiera llegar a realizar los segundos comicios, tras la invasión de EE.UU. en el 2001, eran pesimistas. Pero, finalmente, el pasado jueves, desafiando las amenazas del movimiento fundamentalista Talibán, ciudadanos del país asiático acudieron a las urnas para elegir presidente de la República y representantes a los consejos provinciales.