Un informe del Registro Aeronáutico Mexicano determinó que la documentación que tenía el jet Grumman, que en el 2007 permaneció 13 días en uno de los hangares de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) de Quito y que luego dio positivo de cocaína, no corresponde a las características de la nave.
El avión, capturado en Toluca por las autoridades mexicanas, llegó a Quito en octubre de ese año tras intentar aterrizar en Esmeraldas. En la capital estuvo casi tres semanas y luego retomó la ruta hacia Esmeraldas. Se presume que antes de regresar a México quiso recoger 3,7 toneladas de cocaína, que horas antes ya habían sido decomisadas por la Policía.
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Los datos remitidos el jueves por la Procuraduría de México a la Fiscalía Antinarcóticos del Guayas, que investiga los hechos relacionados a la captura de esa droga, refieren que la matrícula XB-KIV, atribuida al avión que estuvo en Esmeraldas, “se encuentra asignada a una aeronave distinta a las que nos ocupa”.
Además, la aeronáutica civil mexicana señala que “la aeronave de referencia no se encuentra registrada ni cuenta con asignación de matrícula alguna”. También reporta que el certificado de matrícula número 22586-I, que fue encontrado cuando se capturó el jet en Toluca, le fue asignado a un trámite distinto a la copia simple que se localizó.
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El Grumman, modelo GII-59 que entró a Ecuador y que supuestamente pertenecía a Empresarios del Calzado S. A. estaba tripulado por Jorge Gustavo Arévalo Kessler y Agustín Romero Villa, quienes han sido vinculados con el traslado de droga desde Sudamérica a México a través de aviones similares al detenido en México.
Arévalo Kessler contó en su versión que dos ecuatorianos los ayudaron a conseguir un permiso especial para ir a Esmeraldas, “ya que conocían al director de Aviación Civil en Ecuador”. Esa autorización la consiguieron después de pernoctar en Quito, adonde llegaron tras impedírseles aterrizar en Esmeraldas, al no ser un aeropuerto internacional.
El coronel Milton Martínez, ex subdirector de Aviación Civil, quien autorizó el despegue del avión mexicano con la ruta Tachina-Acapulco, aseguró que lo hizo porque la aeronave presentó todos sus documentos en regla y cumplió todos los procedimientos aeronáuticos para aquello.
“Presentaron todos los documentos legales para obtener la autorización, yo fui el último en firmarla, a mis manos llegó con las sumillas de otras personas; además, consulté al departamento de Estándares de Vuelo, si era procedente autorizar una escala técnica en Tachina y me dijeron que sí”, explicó.
Recordó que, para ello, recibió un informe técnico del entonces Jefe de Operaciones de la Dirección de Aviación Civil (DAC), Carlos Acosta.
“Él me dijo que si ese avión despega con full combustible desde Quito podían explotar las llantas”, dijo y precisó que a la DAC no le corresponde efectuar el control antidrogas, sino a la Policía Antinarcóticos, a la Fiscalía, a la Aduana.
El ex subdirector también aseveró que la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) debe explicar por qué albergó a la nave por 13 días en su plataforma en el aeropuerto de Quito.
Alfredo Vera, ex secretario de Transparencia, que dispuso una investigación sobre el caso, aseguró ayer que no encontraron nada irregular y que la nave tenía toda su documentación en regla, por lo cual emitió un informe, que fue entregado al presidente Rafael Correa y a la Fiscalía, en ese sentido.
Lo que sí cuestionó Vera es que recién luego de seis meses autoridades mexicanas hayan remitido la información solicitada formalmente por Ecuador en febrero pasado.
“Hay muy poca cooperación entre gobiernos para la entrega de información. Además, México nunca reportó al Ecuador ninguna información sobre la detención del avión, lo supimos por la prensa de ese país”, comentó.
Vera también señaló que en el aeropuerto de Quito y en la plataforma militar es común el parqueo y estadía de aviones por lapsos que van desde media hora hasta cinco, ocho, diez o más días.
No obstante, admitió que “los narcotraficantes tienen cómplices en todas partes y sobornan a la gente para que les ayuden”.
Este Diario buscó una versión de la DAC para consultar sobre el testimonio del piloto que condujo el avión, pero un empleado de la oficina de Comunicación de la entidad señaló que ”el director general, (Fernando Guerrero) está fuera del país, está a cargo el comandante Roberto Yerovi, quien señala que en la autoridad aeronáutica no se va a dar ningún pronunciamiento, debido a que todo trámite legal ha sido informado a la Fiscalía y a la Secretaría Anticorrupción”.
Apuntes: Tripulación
Licencia falsa
Roberto Larcen, el copiloto del jet Grumman GII-59 que estuvo 13 días en el hangar de la FAE, en Quito, usó una licencia presuntamente falsa. Ello se desprende de la versión del piloto de la nave Jorge Arévalo, a quien también la organización para la que trabajaba le ayudó a renovar el permiso de la suya. Roberto Larcen “se hacía llamar Agustín Romero, ya que tenía una licencia de piloto con ese nombre”.