La Arquidiócesis de Miami decidió cerrar trece iglesias de esa localidad como una medida para reducir su presupuesto en medio de una recesión que le ha causado pérdidas de millones de dólares, informó ayer el diario Nuevo Herald de Miami, Estados Unidos.

“Es doloroso. No es justo. ¿Qué estamos haciendo por los pobres?”, dijo  Bernadette Poitier que hace 30 años acude a St. Francis Xavier, en Overtown, una de las iglesias más antiguas del sur de la Florida.

Publicidad

Miles de católicos de todo Miami-Dade y Broward, algunos a punto de echarse a llorar, escucharon la noticia el domingo pasado mientras los pastores leían una carta del arzobispo John C. Favalora que anunciaba los planes para el cierre de trece templos el 1 de octubre.

“La arquidiócesis debe tener una parroquia mayor en respuesta a los cambios demográficos y económicos”, escribió Favalora, quien calificó los cierres como una decisión difícil.

Publicidad

Muchas de las iglesias, que según la arquidiócesis han batallado por mantenerse en pie y en algunos casos han recibido en préstamos hasta $ 1 millón durante los últimos 10 años, están en zonas de personas pobres y de minorías.

Dos de las iglesias que van a cerrar, St. Joseph en Pompano Beach y Divine Mercy en Fort Lauderdale fueron establecidas para la comunidad haitiana, mientras que a St. Francis Xavier y St. Philip Neri, en Bunche Park, acudían en su mayoría personas de raza negra.

Favalora manifestó que cerrar las iglesias de minorías aumentará la diversidad de las parroquias que absorberán a esos feligreses, pero algunos fieles se resisten a la idea.

“Dice (Favalora) que quiere que los católicos negros asistan a otras parroquias para que no pensemos que somos segregados. Pero tenemos nuestra propia cultura y debemos poder expresarla con bailes y canciones”, dijo Dale Ambrose Deshazior, cuyos padres ayudaron a crear St. Philip Neri en 1952.

La arquidiócesis ha pedido que los feligreses de St. Francis asistan a Gesu en el centro de Miami, y los de St. Philip; a St. Monica en Miami Gardens.

Incluso, muchos fieles de ambos templos dicen que se unirán a la iglesia Holy Redeemer en Liberty City, la única iglesia históricamente negra que queda funcionando.

Respuesta
“Ciertamente comprendemos la decepción y la furia que siente la gente”, dijo Mary Ross Agosta, portavoz de la Arquidiócesis, pero aseguró que “ha sido una decisión financiera difícil”.

Más cambios
Los fieles de Nuestra Señora de Aparecida, una iglesia de 1.667 brasileños deben acudir a St. Vincent, en Margate.