Canciones clásicas como Ojalá, La maza, Unicornio, Te doy una canción, Sueño con serpientes, entre otras, se mezclaron con melodías más nuevas, pero de igual forma profundas y poéticas, durante el concierto que el viernes ofreció en Guayaquil el cantautor cubano Silvio Rodríguez, en lo que constituyó su primera visita a esta tierra.
“Siempre íbamos a Quito, nos gusta mucho Quito, pero queríamos estar en Guayaquil”, dijo tras interpretar su primer tema de la noche: En el claro de la luna. Sus palabras fueron una declaración de complicidad con este puerto, que acogió a público de todo el país para este show.
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Con un sombrero que decía “Ecuador” y su guitarra, y con el respaldo de cinco músicos que desplegaron en todo momento su maestría, Silvio fue desgranando una a una sus canciones: Quién fuera, Óleo de mujer con sombrero, Gaviota, Son desangrado, Mariposas y muchas otras, que llegaron nítidas, con su impecable voz.
Luego de casi una hora dejó el escenario, pero quedaron sus músicos, que brindaron una exquisita pieza guajira. Para entonces el cantautor había sido designado, por la Secretaría Nacional del Migrante, embajador de la campaña Todos somos migrantes, y recibido la medalla del Bicentenario de la Independencia. Y el Instituto Ecuatoriano Cubano José Martí había entregado La orquídea de la paz a la flautista Niurka González, esposa de Silvio e integrante de su grupo de músicos.
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Cuando Silvio volvió, cantó El necio y luego El papalote. Después llegó La maza, una de sus más populares piezas, cuya interpretación emocionó grandemente al público.
El tiempo avanzaba. Casi sumaban dos horas de concierto. Silvio preguntó: “¿Tienen prisa? ¿Se quieren ir?”. “Yo dije que íbamos a aburrir, que el programa era un poco largo. Si quieren, lo recortamos”, anotó. La gente gritó no y él siguió cantando. Tras Pequeña serenata diurna vino Ojalá, recibida con ovación y coreada por todos. Y luego, Te doy una canción.
El concierto estaba llegando a su fin. Pero Silvio no podía irse. Le faltaba su más emblemático tema y el público la reclamaba. Acompañado de la guitarra interpretó Unicornio, que puso a cantar al estadio completo. Todos complacidos. Como despedida sonó Playa Girón. “Una más y no jodemos más”, gritaban. Pero la música llegó hasta allí.
Escenas
Cancionero. Al público que ingresó al estadio Modelo Alberto Spencer con pases blancos y amarillos se le regaló un cancionero de Silvio, a modo de tríptico, para que lo acompañara a interpretar sus temas.
Convocatoria. Estudiantes secundarios, fanáticos, miembros de asociaciones populares y personas de otras provincias y países llegaron desde tempranas horas para ingresar al estadio. Algunos iban con pancartas, mientras que otros portaban banderas de plástico de Ecuador y Cuba que fueron regaladas a su ingreso.
Sentados y descalzos. Muchos de los que se ubicaron en la localidad de cancha descansaron en el piso mientras esperaban que se inicie el concierto. Asimismo, algunos lo hicieron descalzos.
Colegios. Al concierto asistieron alumnos de colegios como 28 de Mayo, Provincia de Bolívar, Joaquín Gallegos Lara y Pablo Hanníbal Vela Égüez.