Desde muchachito Van Lester cantaba con sus tíos en Puerto Rico. Era fanático de Carlos Gardel, Tito Rodríguez, Ismael Rivera y de la música típica de su país. Por sus lentes y timbre de voz, la gente le decía: “Te pareces a Héctor Lavoe”. “Pero yo no sabía muy bien quién era Lavoe hasta que lo vi en la portada del disco De ti depende, ahí empecé a identificarme”, recuerda el artista, quien visitó Guayaquil y se presentó en el centro de eventos Copacabanna, donde inició su gira latinoamericana en homenaje a Héctor Lavoe.
Desde 1989, cuando grabó Hermano Héctor –tema escrito por Tite Curet Alonso en homenaje a un Lavoe ya enfermo–, Lester es conocido por ese primer tributo en vida. Luego, terminó unas grabaciones que Lavoe hizo en 1987 con la orquesta de Willie Colón y dejó inconclusas. Lester las retomó y en 1993 salió el álbum The Master & The Protege (El Maestro y el Protegido).
Publicidad
Además, ha publicado Soy La Voz, 1993; Transición, 1995; A mi manera, 1996, y Estaba para mí, 2004. Actualmente, junto con su manager, Jessie Ramírez, graba Soy Así, disco del que es arreglista y compositor. facetas suyas no muy conocidas. Incluso desde 1993 compone música clásica y admira a Nicolái Rimski-Kórsakov, Chopin, Beethoven y Mozart.
Cuenta Lester que primero solo conversaba telefónicamente con Lavoe. Hasta que el 23 de octubre de 1992, cuando fue a New York al Festival Soneros de la Salsa –Madison Square Garden–, esa tarde antes de cantar: “fui a ver a Héctor al hospital, a pedirle la bendición. Fue ahí que lo conocí frente a frente”.
Publicidad
Recuerda emocionado y bebe sorbos largos de agua, pues se declara enemigo del tabaco, el licor y las drogas.
“Considero a Héctor mi maestro y mi padre musical. Una de las cosas que me dijo fue que me mantuviera en alto en los tiempos buenos pero sobretodo en los malos, que no sufriera, porque sufrir era muy malo. Y yo le dije: Pero se va a acordar de mí, porque usted es mi maestro, y dijo: Que Dios te bendiga. Eso fue suficiente para mí, no necesito más, ni ando por ahí pregonando cosas para hacerme más grande que nadie, porque soy simplemente del pueblo”.
Está emocionado con esas añoranzas pero le hago otras preguntas.
¿Por qué usted cree que Lavoe sigue vivo en la memoria de la gente?
Él caló profundamente en el corazón del pueblo. Algo que también me dijo fue que cualquiera podía cantar, pero cantar con sentimiento era una cosa muy diferente.
¿Cómo le gustaría ser reconocido: como la voz de Héctor Lavoe o como Van Lester?
Yo simplemente soy Van Lester. Héctor es Héctor y hay que respetarlo. Creo que podrá haber 10.000 Van Lester y otros, pero nadie va a ocupar el espacio que ocupó y sigue ocupando Héctor Lavoe en la vida del pueblo.
¿Las canciones que escribe recogen también las vivencias de la gente del pueblo?
Ahorita que estamos haciendo el álbum Soy Así vamos a mantener la línea musical de Héctor, o sea, la callejería, la guapería, una salsa bien gorda, pesada.
Algunos críticos dicen que el reggaetón ha tomado la batuta de la salsa porque esta dejó de ser callejera, qué opina usted?
Llegó un instante en que la salsa reclinó por falta de compositores más que nada, y de intérpretes. Pero la salsa nunca va a morir porque está en el pueblo. De la salsa se plantaron semillas, el árbol ya creció y tiene raíces muy profundas. Considero que el reggaetón es una moda del momento.
Van Lester recuerda que vino a Guayaquil en 1993. “Vinimos con Marc Anthony, invitados por radio Rumba, los dos estábamos empezando”.Van Lester, el auténtico heredero de Héctor Lavoe, el 11 de julio se presentó junto con Willie Colón en Caracas, y hoy en Houston, Texas.