EFE
Los Ángeles, EE.UU..- Con más candidaturas que nadie a un Oscar y a un Globo de Oro, Meryl Streep cumplió ayer 60 años, convertida en una leyenda del cine solo comparable con míticas divas de Hollywood como Katharine Hepburn, Bette Davis e Ingrid Bergman.
Streep, la mayor de tres hermanos de una familia acomodada de origen judío sefardita, nació en Summit, Nueva Jersey, en 1949, aunque creció en la localidad de Bernardsville en un entorno ajeno al mundo artístico.
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Desde su infancia cultivó una fuerte personalidad, aunque su carisma fue más evidente fuera de las aulas que con los estudios, donde flojeaba con las asignaturas de ciencias.
Reina del baile de graduación y animadora del equipo de fútbol americano del instituto, vivió una adolescencia que pareció cumplir con el estereotipo de la quinceañera rubia y guapa de las cintas de Hollywood, papel que nunca haría en la gran pantalla.
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Unas clases de canto fueron su primer acercamiento a la actuación, afición con la que seguiría en el club teatral de su centro educativo y que le llevaría, algunos años más tarde, a cursar interpretación en la Yale School of Drama, donde acudió con una beca y se licenció en 1975.
Esta escuela fue su puente a Broadway y en 1976 estrenó con éxito Enrique IV en el New York Shakespeare Festival, a partir de ahí se le abrieron las puertas del cine, donde debutó, en 1977, con Julia, obra del director Fred Zinnemann, con Jane Fonda y Vanessa Redgrave en los papeles principales.
Cinco años después de su irrupción en el celuloide, Meryl Streep dejó de ser una desconocida para atesorar dos Oscar tras cuatro nominaciones. Son los únicos que posee hasta el momento.
La actriz se convirtió en un nuevo fenómeno de Hollywood gracias a su personaje de secundaria en Kramer vs. Kramer (1979) y de protagonista en Sophies Choice (1982), roles por los que obtuvo la estatuilla.
Su nombre pronto pasó a ser una apuesta segura para las candidaturas a los Oscar, una condición que ha sabido mantener hasta ahora gracias a una asombrosa regularidad interpretativa, que le ha supuesto optar al máximo premio del cine en 15 ocasiones, la última este año, por encarnar a una monja en Doubt (2008).
El récord de Streep la ha situado al nivel de figuras como Katharine Hepburn, Bette Davis e Ingrid Bergman, que fueron candidatas al Oscar en 12, 11 y 7 ocasiones.
Hepburn y Bergman, sin embargo, tuvieron más fortuna que la que ha demostrado hasta ahora Streep, y se llevaron a casa 4 y 3 estatuillas, por dos de Davis.
El reconocimiento al trabajo de Streep fue incluso mayor en los Globos de Oro que concede anualmente la asociación de la prensa extranjera, y donde la actriz ha recogido 6 galardones de 23 nominaciones.
Las apabullantes estadísticas esconden sus actuaciones en títulos clásicos como Manhattan (1979) de Woody Allen; Out of África (1985), donde hizo de pareja de Robert Redford, o The Bridges of Madison County (1995), junto con Clint Eastwood, y roles más modernos como Adaptation (2002) y The Devil Wears Prada (2006).
En el 2008, Streep mostró en Mamma Mia sus dotes para el baile y el canto combinados con la comedia, un género que tocó en varias ocasiones (Heartburn, 1986, o Death Becomes Her, 1992), pero se ha movido con frecuencia en el terreno dramático.
Streep estrenará este año Julie & Julia, una cinta con la que podría volver a intentar ganar un Oscar que le es esquivo desde hace casi 20 años, y adelantarse así a los reconocimientos honoríficos por su contribución al cine que de seguro le llegarán.
Está casada con el escultor Donald Gummer (1978), tiene cuatro hijos y vive en una granja de Connecticut. Realiza promoción de actividades con fines humanitarios y de salvaguardia de la naturaleza.