La mujer de fuego, Olga Tañón, es una cálida llama cuando se trata de sus hijos y su esposo, en quien ha encontrado la paz. Él es su amigo y compañero en el hogar y en su carrera. La cantautora dijo durante su visita a Machala que fue una gran mentira que se iba a retirar del canto y aseguró que está mejor que nunca y que tiene muchos planes.
¿Por qué no participó en el Desfile Nacional Puertorriqueño en Nueva York, en el que iba a ser la madrina?
Me excusé. Mi hija Gabriela, de 13 años, tiene una condición de salud bien extraña, que me habían dicho que era el Síndrome de Sebastián, pero hace poco me dijeron que no, que no saben qué es. Ella tenía que hacerse una serie de estudios, y aún hay que hacerle unos cuantos más. Me dio pena por la gente de Nueva York no ir, pero si tengo que cancelar un millón de cosas por mi hija, lo hago. El que quiera contratar a Olga tiene que estar consciente de que Olga es así y punto.
¿Cómo está su hija?
Bien, lo que pasa es que vive con pocas plaquetas en el cuerpo y hay que ir a hacerle estudios, muchas tomas de sangre.
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¿Qué está componiendo usted actualmente?
(Su esposo, Billy Denizard, le repite la pregunta). ¡Ja, ja! Como trabajo tantos años con él, entonces tú ya sabes, ¡ja, ja!. Estoy escribiendo mucho, haciendo canciones no solo para mí, sino para algunos artistas.
¿Estuvo el jueves pasado en la inauguración del restaurante de Gilberto Santa Rosa, porque son amigos o porque también es propietaria?
Sí, yo soy dueña. No, no, mentira ¡ja, ja!, estuve porque él es mi gran amigo, mi hermano. Me dijo que quería hacer un concierto ahí y le dije: cuenta conmigo. Estuve muy cerca del público y a la gente le encantó. El restaurante tiene comida puertorriqueña gourmet, risotto con chicharrón
y más.
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¿Qué frutos ha tenido su campaña contra la violencia marital?
En algunos países ha sido muy buena porque ha revolucionado una serie de leyes para poder disminuir el maltrato contra ellas. En mi país hemos trabajado en la campaña, pero lamentablemente cerraron un poco de centros de ayuda y se abrieron otros. Es importante la ayuda en la medida de decirle a la mujer que se salve, que diga alto, ya está bueno.
¿Aún sufre de ataques de asma luego de un concierto?
Sí, yo tengo asma, pero depende de dónde esté. No puedo estar donde fumen, haya olores fuertes, humo de luces, pólvora. En los últimos shows me asfixié bastante porque tiraron fuegos artificiales. Lo estoy tratando con medicamentos naturistas.
¿Ha encontrado la armonía conyugal?
(Su esposo Billy la mira y se tapa los oídos) Sí, ja, ja, nosotros somos igual que otras parejas, no somos perfectos, porque si fuera así, me aburriría. Somos demasiado exigentes y mucho más porque estamos metidos en esto. Él dejó su producción de televisión para formar una familia, imagínate. Nos ha ido muy bien, es un excelente papá con nuestros tres hijos (solo es padre biologico de Noa y Nair).
¿Usted es fuego y él qué es?
Él es un huracán ¡ja, ja, ja! Lo que pasa es que yo a veces soy toda una jamonilla, como toda mujer, a veces río y otras lloro, especialmente en esos malditos días del mes que no sé quién se los inventó para la mujer. También cuando hay alguna situación en la familia. Soy fuego en el escenario y también en la casa.
¿Conserva sus galardones?
Sí, claro. Tengo cinco Grammys Latinos y 23 premios Lo Nuestro. Estoy tratando de hacer un lugar en la oficina con cajoncitos de madera y lucecitas para ponerlos todos.
¿Con quién no ha cantado y desearía hacerlo?
Mira, no con quién sino a quién. Al Papa, no lo he hecho, pero logré ir a Roma el año pasado y la vivencia que tuve allí fue maravillosa.
Usted se mantiene joven, ¿cómo lo logra?.
Ja, ja, ja. Mira, no es tan así. No me he hecho nada, solo me arreglé la nariz porque estaba feísima. Creo que se debe a que vengo de una familia católica, apostólica y puertorriqueña y no me dejo vencer por la adversidad. Siempre miro para adelante.