El gasto inusitado del Real Madrid en Cristiano Ronaldo y Kaká es visto por sus rivales como un intento indigno por comprar un campeonato, mientras entre los economistas es motivo de advertencia de ruina y de la queja de que la inversión de 223 millones de dólares en esta semana es un insulto para las personas en un país que sufre graves problemas económicos.