Con su voz espesa, lánguida y envolvente, la diva de la música africana, Cesaria Évora, trae la saudade (nostalgia), tema central de sus interpretaciones dedicadas a su isla natal Sao Vicente (Cabo Verde) y a las historias que nacen en ella.

Es conocida como la Diva de los Pies Descalzos, por presentarse –en bares pobres y hasta en los escenarios más espectaculares– sin zapatos, porque simplemente no le gusta utilizarlos.

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Cesaria, clasificada dentro de la categoría World Music (música del mundo), canta los géneros coladera y morna.

La coladera es un ritmo alegre, de una sola tonalidad. La morna se deriva del fado portugués, la mondinha brasileña y el lamento angoleño, pero pertenece únicamente a los caboverdienses –explica ella–. Es echar los sentimientos para fuera. Esta es tradicionalmente tocada con tres instrumentos: un cavaquinho –pequeña guitarra de cuatro cuerdas–, un piano y una guitarra.

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Las letras de sus canciones, entonadas en lenguaje criollo (una derivación del portugués), cuentan sobre la tristeza de su pueblo, víctima de la esclavitud durante la época de coloniaje  de Portugal, y luego, de la migración masiva de su gente debido a la pobreza.

Aunque, opuesto a esto, presenta a su vez melodías bailables y contagiosas como el Carnaval de Sao Vicente, en la que introduce la batucada brasileña. Entre sus temas principales están: Angola, un son caribeño; Sodade, un lamento y una versión en español de Bésame mucho. Al mar le canta con honda melancolía, puesto que guarda una estrecha y enigmática relación con este, porque es el que provee pero a la vez  separa a la gente, y a ella también cuando está lejos de su tierra.

Cize –como la llaman sus amigos y la gente de su país– alcanzó el éxito con su cuarto disco, Miss Perfumado, en 1992. En el 2004 ganó un premio Grammy por su álbum Voz d’Amor, en la categoría World Music.

En el álbum tributo Cabo Verde y en San Vicente de Lounge colaboran los renombrados artistas Caetano Veloso, Chucho Valdés y Pedro Guerra. En el segundo disco se sumó la estadounidense Bonnie Raitt.

Rogamar –que significa rogar al mar– es su último disco, con el cual en estos días se encuentra de gira por Argentina, Venezuela y Colombia.

Actualmente, en la puesta en escena de sus espectáculos la acompañan ocho músicos: Fernando Nando José (piano), Joao José de Pina (guitarra), Paulino Soares Vieira (cavaquinho), José Manuel Paris (bajo), Ademiro José Miranda y Julio Antero (percusión), Domingo Antonio Gomes (saxofón) y el maestro cubano Julián Corrales Subida (violín), otrora violinista del grupo Buena Vista Social Club.

Nacida en agosto de 1941, Cize se inició en la música a los 16 años, y se presentaba en tabernas y en barcos para ganarse unas monedas. A los 20 ya era conocida en su isla, pero su carrera tardó en despegar. El productor musical José Da Silva la descubrió en un viaje a Portugal. Él le dio el impulso requerido llevándola a París para grabar su primer disco, La diva de los pies descalzos, en 1988. 

Desde entonces, ha mantenido una constante labor musical. Ya cuenta con diez producciones, cuatro compilaciones y dos DVD, que suman cinco  millones de copias vendidas.

Como reconocimiento a su aporte a la cultura, le fue entregada la condecoración Caballero de la Orden de la Legión de Honor, el mayor galardón  del gobierno francés, en el 2008. También ha sido nombrada Embajadora del Programa de Alimentos de la ONU.