Con la firme convicción de ganar una nueva corona para el país, Sandra Vinces, actual Miss Ecuador, viajará el 8 de junio a Venezuela para continuar con su preparación previa al concurso Miss Universo, el próximo 23 de agosto en Bahamas.
Su visita se debe a que la soberana de los ecuatorianos es la invitada especial del certamen Sambile Model, donde se elige a las representantes para concursar en el Miss Earth Venezuela y Miss Continente Americano.
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El missólogo Marco Tapia será quien la acompañe, pues además es uno de los miembros del jurado del torneo de belleza que se desarrollará en las Islas Margaritas.
Durante su estadía, la joven portovejense aprovechará para conocer sobre la historia del lugar y complementar su preparación para el reinado internacional, con consejos de personas relacionadas al mundo de la belleza.
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Comenta que asesores de reinas venezolanas se comunicaron con Tapia para colaborar con la instrucción para el torneo en Bahamas.
Hasta el momento, asegura que su agenda está llena de clases de inglés, cultura general, pasarela, dicción, maquillaje, peinado, gimnasia, así como de las actividades benéficas que debe cumplir como Miss Ecuador.
“Tengo planeado hacer una visita a los niños de un centro de salud para agasajarlos”, indica la beldad, pues debido a su reciente operación en la nariz no pudo realizar ningún festejo por el día del Niño.
En el país conocido como la fábrica de las misses, Sandra permanecerá aproximadamente dos semanas, donde otra de sus expectativas es tener la oportunidad de conocer a Osmel Sousa, presidente del concurso Miss Venezuela, y recibir algún consejo que le ayude en la competencia.
Sandra, quien la semana pasada cumplió 19 años, ya tiene seleccionado el traje típico con el que se presentará en la final del Miss Universo, creación que está a cargo del diseñador Wenceslao Morán.
Ella comenta que el traje representa a una tejedora de Manabí, provincia donde nació, y que está valorado en $ 12.000.
El diseño, que ella misma describe como una obra de arte, es un vestido amplio con rosas, con un sombrero de paja toquilla y una canasta de frutas típicas de Manabí.
Confiesa que entre sus planes está la posibilidad de un cambio de look, pues su grupo de asesores de imagen aún no han decidido si su cabello será lacio, ondulado o se deberá aclarar un poco. “Aún estamos definiendo muchas cosas, solo tengo dos meses para reunir todo el vestuario y los obsequios que llevaré al concurso”, indica.
Otra de las actividades que espera realizar es acompañar a las nuevas aspirantes del Miss Ecuador durante la ruta de la belleza. “Quiero compartir con ellas lo que yo viví cuando fui candidata”, asegura la reina, que desea obtener el título de la más bella del universo.