AGENCIAS-REDACCIÓN
Londres.- Una de cal y otra de arena para Amy Winehouse. Y es que si bien la cantante de pop británica consiguió que un juez extendiera una orden judicial contra los paparazzi que la acosan y no la dejan vivir tranquila,  debió ser hospitalizada por unas  horas en  Santa Lucía, en el Caribe, tras sufrir un desmayo. Ambos hechos se registraron el sábado pasado.

Winehouse, de 25 años, que está de vacaciones en la isla caribeña, pasó una noche en el hospital sometida a observación. Al parecer,   estuvo corriendo con un grupo de niños antes de sufrir el desmayo. Los médicos que la atendieron explicaron que esto se debió a que sufría de deshidratación y tenía que beber más agua.

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Además de tomar un descanso, Winehouse viajó al Caribe para participar en el festival de jazz de Santa Lucía, que será  la semana próxima. Su egreso de la casa asistencial estaba previsto para ayer.

Sobre la orden judicial que consiguió en Londres, esta señala una total  prohibición a los fotógrafos de la principal agencia británica de fotorreporteros, Big Pictures, pero también a otros, de fotografiar a la cantante fuera de su casa y en otros lugares públicos adonde la hayan perseguido.

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Ello significa que los fotógrafos pueden ser procesados si persiguen a Winehouse o se acercan a menos de cien metros de su nuevo inmueble, en las afueras de Londres.

Igualmente se prohíbe a los fotógrafos captar  a  la cantante en su casa o en la de cualquier miembro de su familia o sus amigos.

Una fuente cercana de quienes se ocupan de los negocios de la cantante declaró al diario The Guardian que ella solicitó la orden del juez porque la atención excesiva de la prensa estaba poniendo su vida en peligro. Tanta que no podía salir de su casa sin ser perseguida.