Presentada por primera vez en 1977, en Londres, adquirió gran reconocimiento a nivel mundial y desde entonces es uno de los espectáculos musicales más representados y esperados.

En Quito la historia no podía ser diferente. El Teatro Nacional Sucre acogió a los Terán, quienes reunieron a 33 miembros de su familia para darle vida a Jesús y representar su última semana de vida en la ópera rock Jesucristo Superstar, en un acto sin precedentes.

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En la obra se resaltan los enfrentamientos políticos y personales entre Jesús y su discípulo traicionero, Judas Iscariote. Pancho Terán, en el papel de Judas, se encargó de dar vida al seguidor que fue invadido por la ira y avaricia para finalmente traicionar al hijo de Dios revelando sus secretos y guiarlo hacia su muerte.

Martín Terán, representando a Jesús, asume un rol protagónico en la obra, al enmendar el camino de un pueblo que está destinado a la perdición. Con una puesta en escena llena de color, música y creatividad, y la dirección de Juan Carlos Terán, se resaltaron los eventos sufridos por el hijo de Dios en la Tierra.

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El acto trae a la vida lo sucedido en Betania el jueves anterior a la entrada de Jesús en Jerusalén, y termina con su crucifixión. Se resalta la dureza de las decisiones de Herodes y Pilatos, así como el llanto de las Magdalenas.

La famosa última cena al ritmo del rock, perfectamente vocalizada por artistas de trayectoria, como lo son varios de los miembros de la familia, complementa la historia.

La obra dura aproximadamente dos horas y consta de dos partes, las cuales son separadas por un intermedio de quince minutos.

Al final de la velada, los presentes se pusieron de pie para aplaudir la  propuesta presentada, demostrando así que los Terán han cumplido con la misión de llevar a escena una versión de esta obra que ha alcanzado magnitud en todas las ciudades en donde fue presentada. Esta noche, a las 20:30, se desarrolla la última función de la ópera rock Jesucristo Superstar.