En el homenaje a Chavela Vargas no hubo tiempo para las lágrimas, aunque como dice el verso final de La llorona, una de sus canciones más famosas, todos querían más.

Rodeada de amigos que no dudaron en llamarla diosa, inspiración, ejemplo, fortaleza o amiga, la cantante costarricense-mexicana celebró el martes pasado sus 90 años y su Medalla al Ciudadano Distinguido de la capital mexicana con una sonrisa perenne y agradecida.

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Estoy muy emocionada, dijo la dama del poncho rojo con la voz temblorosa luego de casi dos horas de agasajos. “Estoy en silla de ruedas pero así no me voy a quedar. Les prometo que dentro de dos meses ya camino. Esto fue un paréntesis muy casual”, señaló con esa potencia de espíritu que la ha caracterizado durante su trayectoria y dando una sensación de que el homenaje no equivalía a un adiós a los escenarios.

“Ahora quisiera decirles que los quiero mucho, muchísimo. Que el público hace al artista. Nosotros damos mucho y ustedes nos completan el resto con aplausos y cariño... Así hice mi carrera y llegué a los 90 años”, declaró ante un público que se deshacía en aplausos en una ovación que se extendió por varios minutos y que provocó que el telón del Teatro de la Ciudad se abriera continuamente.

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Los artistas que la acompañaron en el homenaje se juntaron para cantarle  Las mañanitas y ella entonó sola los versos finales del tema. Lo mismo hicieron con el famoso Volver, volver.

Aunque algunos amigos entrañables no pudieron acompañarla físicamente, le enviaron palabras por medio de mensajes grabados. Así, el director español Pedro Almodóvar contó que una vez Vargas se arrodilló en cierto escenario y besó el piso y que luego se enteró de que el gesto se debió a que en el mismo lugar solía cantar la legendaria Edith Piaf y Vargas quería rendirle honor.

A partir de entonces Almodóvar, que también tuvo una época como cantante, besó ese mismo escenario en respeto a Vargas. El realizador, que utilizó canciones interpretadas por la cantante en películas como Tacones lejanos, dijo esperar que en las cinetecas del futuro se le identifique como  el presentador oficial de Chavela Vargas.

Chavela abre los brazos en el escenario como nadie y no hay escenario tan grande en el mundo que pueda albergar su dulzura, afirmó Almodóvar, quien ha llamado a la artista  ‘la voz áspera de la ternura’.

Miguel Bosé también declaró por medio de un mensaje grabado que  ya era hora de que Vargas recibiera este tipo de homenaje. “Debió ser antes mi reina, mi diosa”, dijo el intérprete de Amante bandido. De la misma forma Joaquín Sabina, quien le escribió el tema  Por el boulevard de los sueños rotos, bromeó que quién se iba a imaginar que algún día íbamos a ser declarados ciudadanos distinguidos de algún lugar. Luego le propuso:  Sigo soltero esperando que te cases conmigo.

Durante el recital Lila Downs, a quien hace dos años la misma Vargas declaró heredera de su legado y la designó como responsable de continuar su tradición, ofreció una magnífica interpretación de  Paloma negra acompañada por una guitarra que ella tocó y por un arpa.

Julieta Venegas, quien cantó  Las ciudades, abrió las palmas de las manos y con algo de timidez expresó su amor por Vargas y agradeció su  pasión y entrega, y “por tocar nuestras vidas con tu canto”.

También participaron del homenaje la argentina María Elena la Negra Chagra, Eugenia León, Astrid Hadad, Jimena Giménez Cacho y Fernando del Castillo.