En estos días no existe mayor diferencia entre transitar el puente Carlos Pérez Perasso y ver televisión. Y es que la misma basura visual que nubla nuestra visibilidad al momento de manejar nos invade a la hora de disfrutar nuestros programas favoritos. Como en cualquier época de elección, la propaganda política se propaga como un virus sin contención, no solo en distintos medios de comunicación sino también en la vía pública.