Llorando... descalza... así llegó a las seis de la mañana Leonor Basilio a la iglesia Cristo del Consuelo para participar de la tradicional procesión de Viernes Santo, mientras empujaba la silla de ruedas de su hija, Lissette Tomalá, de 16 años, quien sufre una extraña enfermedad que no le permite caminar desde hace cinco años.