Las dos docenas de lobos grises que merodean en varias islas del Lago Superior en el noroeste estadounidense padecen de malformaciones óseas a causa de la endogamia, un obstáculo más a sus posibilidades de supervivencia a largo plazo, dijeron biólogos de vida silvestre.

Aunque sólo se ha confirmado recientemente, el problema al parecer se ha venido agravando por décadas en las pequeñas y aisladas manadas del Parque Nacional de Isle Royale, en Michigan. Las anomalías, que también han sido detectadas en algunos perros domésticos, pueden provocar dolor y parálisis parcial a la vez que limitan la capacidad de desplazamiento que es crucial para los depredadores en la vida silvestre.

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El hallazgo suscita el interrogante ético de si los científicos podrían tratar de diluir la concentración genética mediante la introducción de lobos de otros lugares, dijeron los investigadores de la Universidad Tecnológica de Michigan, de Houghton, que realiza un estudio desde hace 51 años sobre los lobos y los alces.

Se trata del estudio más prolongado que se haya realizado en el mundo, sobre relaciones simbióticas entre el depredador y sus presas en su propio hábitat.

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Históricamente, los biólogos habían adoptado una actitud de no intervención mientras los números suben y bajan, prefiriendo dejar que la naturaleza tome su curso aunque ello signifique la extinción de una o ambas especies. Pero también hay argumentos contundentes a favor de la intervención, dicen los líderes del proyecto.

Esta decisión ya no sólo le corresponde tomarla a los científicos, destacó Rolf Peterson, que ha participado en el estudio desde 1970.

El equipo de investigación informó su hallazgo esta semana en la revista Biological Conservation y solicita los comentarios del público en su sitio cibernético.

Aunque Isle Royale forma parte de Michigan, también es cercana a Minnesota y Ontario, Canadá. Los alces llegaron a la isla, al parecer al cruzar a nado unos 24 kilómetros aproximamente. Dos o tres lobos llegaron a fines de la década del 1940, cruzando por un puente de hielo que raramente se forma, conectándola con tierra.