El músico argentino Fito Paéz se reencuentra con su “enemigo íntimo” Joaquín Sabina en No sé si es Baires o Madrid, su último álbum en directo, en el que también han participado otros buenos amigos como Ariel Rot o Pablo Milanés y que  saldrá mañana en España.

Páez explica que el nuevo disco surgió sin haberlo planeado y que el fin, en un principio, era simplemente filmar el concierto que ofreció en el Palacio de Congresos de Madrid el 24 de abril del 2008.

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Pero el argentino quedó impresionado al ver y oír el material, y de esa fascinación surgió No sé si es Baires o Madrid.

El particular musical estaba formado por amigos como el también argentino Ariel Rot, un colega y hermano, al que admira, y con quien interpreta el tango Giros, o el cubano Pablo Milanés, su compañero en Yo vengo a ofrecer mi corazón.

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Pero si hay una voz que destaca al lado de la del propio Páez y su inseparable piano es la del español Joaquín Sabina, un artista muy importante y un escritor superior, con el que protagonizó una sonada ruptura tras la grabación en 1998 del disco Enemigos íntimos.

“El tiempo lo atempera todo”, explicó el músico, y No sé si  es Baires o Madrid, donde cantan juntos el tema Contigo, es la prueba de que en lo personal y en lo musical los dos maestros vuelven a entenderse.

“Fue muy hermoso”, recordó Páez al hablar del encuentro con Sabina, con quien ya había cantado en Buenos Aires antes de hacerlo en Madrid, y al lado del cual no le importaría volver a grabar un álbum.

La cantante española Gala Évora y el grupo Marlango acompañan también al argentino en algunas de las canciones más representativas de sus 25 años de carrera.

Junto a ellos, el dúo Pereza, con el que interpreta el tema La rueda mágica, se convirtió en el gran descubrimiento de Páez, quien dice que se  impactó al oírlos porque “parecían casi un grupo argentino, me recordaban a los Tequila”.

El artista iniciará el 21 de abril una gira por toda España. Después,  se pondrá a trabajar en su vuelta al cine con el filme Novela, y entrará de nuevo en el estudio para grabar un trabajo eléctrico e influenciado por el cine de David Lynch.

Sus próximas canciones, como los filmes del cineasta, parecen amables pero, por la música o el texto, no lo son. El siguiente álbum será, por tanto, más oscuro que Rodolfo, con el que logró en el 2008 un Grammy Latino.

“El disco nuevo no tiene nada de afuera, yo no soy cronista, para hacer crónicas está la prensa”, aclaró Páez, quien, además considera que “los discos coyunturales con el paso del tiempo aburren”.

A su juicio, el fin de los músicos es hacer temas buenos que atraviesen el tiempo, una ruta en la que trabaja sordo ante las voces que, con 46 años, ya lo tildan de clásico. “Esos te quieren jubilar. Yo solo puedo decir que sigo trabajando igual”.