Tener una contextura ósea grande hace que una persona se vea más robusta y con más peso que una persona de contextura mediana o pequeña. Esto se debe a que la contextura es una medida que analiza el grosor de los huesos, lo cual determina el peso y la complexión final de un individuo. Una persona de contextura ósea pequeña, en cambio, se verá más delgada y hasta frágil, por tener huesos de menor circunferencia.
Pero, ¿cómo determinamos qué tipo de contextura tenemos? ¿Cómo sabemos si es grande, mediana o pequeña? Mucha gente lo hace al ojo, y no puedo decir que se falla mucho en el cálculo, pero hoy vamos a hacerlo de una forma más científica. Para conocer nuestra contextura primero debemos tener los siguientes datos listos: nuestra altura en centímetros (si usted mide 1,63 metros, en centímetros serían 163), y la circunferencia de su muñeca en centímetros también.
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Este último valor lo pueden obtener midiendo la parte más angosta de su muñeca con una cinta métrica que no sea elástica, y de preferencia sobre la mano que no sea dominante (si soy zurdo, mido la mano derecha, y viceversa). Por lo general el valor rondará los 12-20 cm. Una vez que tenemos los dos datos, hacemos una división sencilla: la altura en centímetros dividido para la circunferencia de la muñeca (en centímetros también). El valor final será entre un 8 y un 12.
Si usted es mujer, tiene contextura pequeña si su valor final es mayor a 11; su contextura es grande si es menor a 10,1; y si se encuentra dentro de estos dos valores, es mediana. Los hombres serán de contextura pequeña si tienen un valor mayor a 10,4; grande, si el valor es menor a 9,6; y mediana, si queda entre estos dos valores.