La contención en la llegada de flujos de inmigrantes que empieza a experimentar España también se refleja en la comunidad ecuatoriana, la tercera más numerosa después de la rumana y la marroquí.

Este descenso no ocurría desde hace una década, pero la reducción de autorizaciones iniciales de residencia y trabajo constituye un termómetro para determinar los efectos de la recesión económica en la población extranjera.

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En el caso de los ecuatorianos resulta evidente, en virtud de las estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración de España, el repunte que durante el 2007 advirtieron esta clase de permisos (38.215) y la caída registrada durante el 2008 (28.705).

La tendencia se confirma al repasar los datos de reagrupaciones familiares.

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Hasta finales del 2007, la Administración española dio el visto bueno para que 21.937 personas procedentes de Ecuador arribaran a la Península ibérica bajo esta figura.  Un año después, con cifras cerradas al 31 de octubre del 2008, el número de concesiones apenas alcanzó las 11.547, según la misma fuente.

En la Comunidad Autónoma de Madrid, a diferencia de otras colonias como la rumana, que crece en números, la ecuatoriana muestra un descenso de un 5,1% (pasa de 145.352 personas en enero del 2008 a 137.911 en el 2009), producto también de  la adquisición de la nacionalidad española.