“La ceniza volcánica quemó todos mis sembríos de maíz, fréjol, papas, sambos, zapallos, además del pasto, principal alimento para el ganado”, fue lo que –con tristeza– comentó el pasado martes Rosa Avendaño, agricultora de la parroquia Choglontus, del cantón Penipe. La mujer entristeció por un momento al echar un vistazo a su alrededor y observar que el ganado está enflaqueciendo.