Como onírico, surrealista y hasta transgresor, definen Miguel Alvear y Patricio Andrade, director y guionista de la película    Blak Mama,  a este filme que se estrenará el  viernes en Quito.

La película  ecuatoriana cuenta la historia de tres recicladores de papel Blak (Patricio Andrade), su concubina Bámbola, representada por tres actrices: Amaia Merino, María Belén Mocayo, Ana Palys;  y su amigo I Don Dance (Byron Paredes), que una noche, sin saberlo,  reciben la visita de Capi Luna (José Alvear)  y Ángel Exterminador (Ricardo Centeno), dos seres fantásticos que los guían hasta la puerta del perdón para que rindan tributo a Virgin Wolg (Gabriela Rosero),  una misteriosa deidad andina.

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Durante cada estación de este viaje hacia las festividades de la Mama Negra, en Latacunga, se va produciendo una serie de transformaciones, en donde  los personajes se convierten en versiones ideales de sí mismos, modelados en figuras de la cultura popular como la  Carishina, Mama Negra, Ángel de la Estrella, Capitán, Rey Moro, abanderado, Virgen de pueblo.

El reciclaje es otra de las metáforas en esta obra cinematográfica. Al principio machetean la Constitución de 1998, las fotos de Guayasamín y  libros. “A lo largo de la película los personajes se van reciclando, la película es un gran reciclaje. Reciclamos obras de danza, personajes, vestuarios, puestas en escena”, afirma Andrade. Antes de la escritura del guión cinematográfico de  Blak Mama,  se estrenaron dos versiones de la obra, una en el 2002 y otra en el 2004, que se presentaron  en Arizona, Estados Unidos.

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“En ese contexto lo que menos nos interesaba era la historia, entonces empezamos a crear situaciones performaticas que tenían siempre que ver con lo andino, arquetipos, estereotipos  y con la mitología pero de una manera muy libre casi surrealista”, manifiesta Miguel Alvear.

Por eso, en este  collage  surrealista,  se dan conversaciones libres, situaciones en las que una Barbie come fritada en el páramo. Un travesti improvisa una serie de pasos de ballet clásico en el mercado de Latacunga, junto a las vendedoras.  “Un poco es crear tensiones en la realidad, crear situaciones insólitas, con componentes dramáticos”, indica  Alvear. Y añade que no quería hacer una película experimental o abstracta, sino  poner el bagaje simbólico performático.

La obra se fue armando como un rompecabezas. Surgió del inconformismo, la fantasía y el deseo. “Vivimos en un país extremadamente nacionalista, desde que somos pequeños  nos enseñan a ver el escudo, cantar el himno. Vivimos una sociedad ímarcada por lo militar y lo religioso y esto tiene un componente autoritario”,  sostuvo Patricio Andrade.

Por eso, plantean la transformación, romper los logos, porque es necesario encontrar otro camino,  identidades distintas a las que nos enseñan. “Más allá de sacralizar esos iconos, es como a partir de esta raíz podemos construir otra cosa”, afirma Andrade.  La cinta recibió el premio Augusto San Miguel. Obtuvo $ 25.000.

BREVES
EN GUAYAQUIL
La  película  Blak Mama   se presentará a mediados de mayo en la galería Full Dolar, en Guayaquil.

ACTIVIDADES
Para promocionar la película se presenta desde el pasado lunes hasta el 20 de marzo, en El Conteiner, en Quito,  la primera muestra de blak/art Me gustas, me gustas pero me asustas.

BLAK MAMA
DURACIÓN  93 minutos
ORIGEN  ECUADOR
PRODUCCIÓN MARIANA ANDRADE
 y JOSÉ ALVEAR