A un año del ataque  colombiano en Angostura, ni la Organización de Estados Americanos (OEA) ni el Centro Carter han tenido éxito como entes de mediación para lograr el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia, pues las autoridades de estos países no han demostrado suficiente interés en hacerlo.

El Centro Carter estuvo a punto  de lograr un acercamiento a nivel de encargados de negocios. Pero en junio reconoció que no habían condiciones para seguir con los buenos oficios.

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La OEA logró restablecer temporalmente la Cartilla de Seguridad entre los dos países. Ello surgió en un reunión preparatoria de vicecancilleres y se concretó en la de altos mandos militares  (el 21 de mayo). El avance  fue parcial. La coordinación y reuniones entre ambos países no se restablecieron.

La Comisión Verificadora de la OEA recabó en Colombia el 22 de enero información sobre la situación fronteriza.

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José Miguel Insulza llegó a Ecuador
El secretario general de la OEA se reunirá con el presidente Rafael Correa y recorrerá Esmeraldas para ver las consecuencias del conflicto interno colombiano en el país.

La visita coincide con un enfrentamiento del Ejército ecuatoriano con la guerrilla de las FARC, ocurrido a las 14:00 del miércoles pasado, en el sector de Yanamaru, en Sucumbíos. “Hubo intercambio de fuego y  no tenemos bajas”, confirmó el comandante de la Brigada de Selva 19 Napo, Carlos Obando. Los rebeldes abandonaron mochilas, entre otras evidencias. El canciller Fander Falconí reaccionó: “No permitiremos ningún tipo de incursión armada, venga de donde venga”.

Pese a los esfuerzos internacionales, las declaraciones y acciones de Correa y su homólogo colombiano Álvaro Uribe han debilitado los mecanismos diplomáticos. Una fuente cercana al círculo diplomático ecuatoriano dice que “si no hay una decisión de  jefes de Estado simplemente el asunto no vuela”.

Desde el inicio las cosas no se hicieron por la vía diplomática: el ataque de Colombia tomó por sorpresa a Correa. Se enteró por una llamada de Uribe horas después del hecho.

Computadoras de Reyes
Cuando se intentó acercarlos en la XX Cumbre del Grupo de Río, el 7 de marzo del 2008, Uribe divulgó supuestos documentos de las computadoras de Raúl Reyes y sugirió que habría contactos entre el gobierno de Correa y las FARC, y le pidió que “cuide su entorno”.

El catedrático Adrián Bonilla, parte de la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores, expresa que la OEA y el Centro Carter no pueden hacer más de lo que las partes quieren; “si quisieran reanudar las relaciones, se hubieran reanudado rápidamente aun sin mediación”.

Cuando Ecuador manifestó que  pondría los tiempos, Colombia suspendió un acercamiento a través del Centro Carter. Entonces, Correa lo suspendió  indefinidamente.

Correa no quiere amistad
Esa tensión hizo que el 1 de julio Francisco Diez, representante del Centro Carter para América Latina, diga que “ha quedado claro que el presidente  Correa no tiene ningún interés, al menos por ahora, de avanzar en la negociación del restablecimiento de relaciones”.

El  gobernador de Nariño (sur de Colombia), Antonio Navarro, indica que “el riesgo mayor de mantener el frío diplomático es que vaya creciendo un sentimiento de animadversión entre sectores de ambas sociedades. Ello no sucederá en la frontera, al menos por ahora; pero sí en Quito y Bogotá”.

Miguel Vasco, ex representante de Ecuador ante la OEA, cree que los pronunciamientos unilaterales de ambos mandatarios han estado sumidos en una actitud política nacionalista. Y el ex canciller Diego Paredes ratifica que los discursos presidenciales han anulado las gestiones de mediación.

LEA MAÑANA:
El escenario colombiano. Las FARC después de Angostura.