Frente a la angustiosa recesión que planea sobre el planeta y al avance del cambio climático, los líderes mundiales reunidos recientemente en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, fueron abocados a considerar estos temas con profundidad; pero consciente de que esta evolución, una de las más graves de la historia, no se resolverá en uno o dos años ni más, Al Gore advirtió que el calentamiento climático no puede esperar. “Hay que tomar medidas antes de finalizar el   2009, pues después puede ser demasiado tarde”.

Partiendo del punto de que Suiza es una de las principales  plazas financieras del mundo, la convicción de  Hans-Rudof Merz,  actual presidente de la Confederación y hombre de finanzas, es que la  crisis económica   precisa intensificar los contactos bilaterales.  Merz pidió en Davos un cambio de filosofía en el sistema económico y financiero para dar paso al crecimiento cualitativo y no cuantitativo.  El equilibrio político del mundo depende.

Aludiendo al anclado temor de la gente en el sector de la economía, Bill Clinton declaró: “No es el momento para nuevos acuerdos comerciales”, y confía en que muchos comprenderán que  tampoco es el momento de entrar en nuevos conflictos, haciendo un llamado para  superar juntos esta grave situación.

Hoy que las naciones pobres necesitan de mayor cooperación, los países ricos han empezado a romper sus promesas de incrementar apoyo para ayudarlos a  enfrentar  el impacto de alimentos volátiles,  precio del combustible y efectos del cambio climático cuando, al contrario, es el momento  de  reiterar  esas promesas y sobre todo, de cumplirlas. Los usuales compromisos apáticos y recomendaciones débiles no harán más que retrasar la toma de decisiones cruciales.  Asimismo, toca a los bancos hacer prueba de mayor responsabilidad  y garantizar la disponibilidad monetaria para los países pobres a fin de  que ellos puedan invertir en infraestructuras vitales y proseguir un desarrollo sustentable y una gobernanza económica más inclusiva. De hecho, los bancos reciben dinero de sus gobiernos pero su prioridad sigue siendo el pago de dividendos a sus accionistas.

Tormenta financiera desmesurada donde los efectos empiezan a percibirse en los países pobres, en  algunos pueblos o regiones  cuya supervivencia depende en mayor parte  de las inversiones extranjeras,  surge el temor frente a proyectos pospuestos o cancelados y con alarma constatan de que las remesas de los migrantes también empiezan a decaer debido al acelerado  desempleo en los países ricos.  Este impacto será masivo  en algunas naciones.

Esta crisis, que  ha estremecido violentamente  los fundamentos  de la comunidad internacional, hará que los pobres sean  aún más pobres  y amenaza con hacer desaparecer una gran parte de la clase media, lo que condujo a declarar con amargura  a Muhammad Yunus, creador del microcrédito y premio Nobel de la Paz,  que son los pobres los más expuestos a las consecuencias de este desastre económico del que no son responsables  y que los grandes capitanes de los bancos que han invertido de manera arriesgada e irresponsable  el dinero que se les ha confiado, si bien se encuentran también en  medio de la tormenta, no están amenazados  en sus medios de subsistencia ni en su vida usual: ¡simplemente serán un poco menos ricos que antes.

La arquitectura para manejar los asuntos globales se ha roto y precisa ser reparada, señaló Kofi Annan,  director del Foro Humanitario Global.  “Hay que darles voz a los pobres”, añadió. “El mundo ha cambiado, ¿es que nosotros somos capaces de cambiar lo suficientemente rápido para salvar el planeta?”. 

Pero, por otra parte, hace su entrada  el proteccionismo financiero,  más peligroso que el comercial, y cada vez son más alarmantes las señales de este proteccionismo en los países desarrollados. Gordon Brown, primer ministro del Reino Unido,  dio una clara advertencia sobre este hecho, añadiendo que es necesario reconocer que esos problemas fueron creados por los humanos y deben ser resueltos por los humanos.

Al evocar ciertos proyectos del pasado de la cumbre elitista de Davos, recordamos que fue aquí donde nació la  idea de la globalización,  idea prometedora en palabras pero que en el fondo estaba destinada a los países ricos.  Como siempre,  las brillantes ideas de los seres humanos en favor de la humanidad, en general esconden oscuros propósitos o se desvían en el camino.  Es la retórica que encubre a los impostores. De otra manera, ¿por qué el mundo va cada vez peor, a pesar  de Davos?