Ya hemos visto dos emisiones de ‘Televidencia’, el programa del Defensor del Televidente, conducido por César Ricaurte.

El inicio fue flojo, se revisó el masticado tema de la televisión y sus excesos en el horario para niños. Los televidentes opinaron, Ricaurte comentó y los representantes de la producción de Ecuavisa nos dieron a entender que todo era una gran fantasía, y nos explicaron con generosidad y estadísticas que no hay ningún problema en el horario infantil con sus telenovelas.

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Luego vino el segundo programa, con el tema: la pornomiseria. Concepto que discute el uso de la caridad en televisión y la contrapone con el sensacionalismo. Se aplicó específicamente a ‘En Contacto’ y noticias. Aquí el programa cambió. El “espacio contratado” de Ecuavisa para defenderse volvió a aparecer, pero se vio una postura más reflexiva y crítica de Ricaurte.

Está claro que una propuesta de este tipo no es fácil para un canal, pero una vez que la asume hay que ir hasta las últimas consecuencias, buscando un verdadero espacio de discusión y no de justificación, donde se pueda debatir y conversar acerca de los temas que le preocupan y le interesan a la audiencia y se genere un consenso que apunte a hacer mejor televisión. Sino, ¿para qué hacen este programa? Como dijo Ricaurte el domingo: “De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”. ‘Televidencia’ se transmite por Ecuavisa los domingos a las 11:30.