En una entrevista me preguntaban sobre cómo veía los proyectos y a dónde apuntaban los canales en el 2009.
Difícil pregunta. Uno esperaría mayor responsabilidad por parte de los canales, entendiendo el poder y la responsabilidad que tienen los medios de comunicación en el manejo de los estados de ánimo y la conducción de los temas que la gente discutirá y sobre los que se conformará, de alguna manera, la construcción del sentido sobre la realidad.
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Quisiéramos que existiera de verdad una propuesta de programación o un proyecto con bases y estrategias, orientado a trabajar con las posibilidades y proyecciones de la gente, es decir, a ser parte de la solución y no un pequeño islote que aglutina programas y eslóganes a diestra y siniestra, sin una meta que va más allá de sobrevivir a punta de rating.
La diferencia está en cómo la televisión ve al televidente; o lo ve como un recurso (punto de sintonía) o se hace cargo de su poder y lo ve como alguien que confía en ella y en el que, a partir de esa confianza, puede generar algo positivo.
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Tal vez me equivoque y exista alguna idea de fondo, además del único e ingenuo esfuerzo de ECTV, pero eso no se ve. Entonces, pareciera que la TV apunta en el 2009, nuevamente, a una suerte de carpe diem, vive el día.