Brasil produjo por primera vez un linaje de células madre sin necesidad de embriones, a través de una técnica de pluripotencia inducida, conocida como iPS, y que era desarrollada en Estados Unidos, Alemania, Japón y China.
Científicos de la Universidad Federal de Río de Janeiro desarrollaron la capacidad de transformación celular en cualquier tejido del organismo, a través de inducción artificial de una célula adulta por medio de una reprogramación genética.
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Los especialistas no descartaron utilizar en el futuro células auténticas embrionarias.
El trabajo científico demoró un año y produjo linajes en células humanas y de roedores de laboratorio. El anuncio coincidió con la autorización del gobierno de los Estados Unidos para la primera prueba en humanos de un tratamiento con células madre para las lesiones de la médula espinal.