El 3 de octubre de 1849, un hombre aparentemente desconocido fue hallado tirado en una calle de la ciudad de Baltimore (EE.UU), embriagado y en estado de inconciencia. Fue llevado de emergencia a un hospital, donde durante varios días estuvo delirando y diciendo frases incoherentes, llenas de terror. Murió el 7 de octubre, sin haber logrado jamás recuperar la conciencia.
El hombre en mención tenía por nombre Edgar Allan Poe. En el momento de su muerte apenas era conocido en los círculos intelectuales y de prensa de los Estados Unidos.
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Su fama se acrecentó con el paso de los años. En su época Poe fue un verdadero incomprendido, tanto que muchos críticos consideran que nació fuera de tiempo. Fue un adelantado, un vanguardista que no tuvo la comprensión de su generación.
Pero, ¿qué hace que Poe, nacido el 19 de enero de 1809, hace ya 200 años, siga manteniendo una vigencia incontestable en el mundo del arte y la literatura especialmente?
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Quizá porque, como dijo Charles Baudelaire, “nadie relató con más magia que él las excepciones de la vida humana y de la naturaleza”. O como lo señaló Fedor Dostoievsky: “Poe elige casi siempre la realidad más excepcional, pone a su personaje en la situación más excepcional, en el plano exterior o psicológico”.
Este escritor es reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, del cual fue uno de los primeros practicantes en su país. Fue renovador de la novela gótica y recordado en especial por sus cuentos de terror. Es considerado el inventor del relato detectivesco, contribuyó asimismo con obras al género emergente de la ciencia-ficción.
Poe, junto con Bram Stoker y Mary Shelley y, ocasionalmente, Howard Lovecraft, ha ofrecido con sus historias abundante material que ha sido llevado al celuloide como La caída de la casa Usher, La máscara de la muerte roja, El pozo y el péndulo, y otras. Pero a diferencia de Stoker y Shelley, que aportaron con solo un personaje como Drácula y el monstruo de Frankenstein, Poe ha ido más allá. Sus cuentos con variados personajes han permitido contar diversas historias, incluso con mejor calidad que los autores anteriormente mencionados. Además, la obra de Poe ha seducido a directores de prestigio que no han estado encasillados en el cine fantástico o de terror como Louis Malle o Federico Fellini.
SUS ORÍGENES
Nacido en la aristocrática ciudad de Boston, fruto de la unión de dos actores de teatro, David Poe y Elizabeth Arnold, el niño Edgar estuvo señalado por la tragedia desde su infancia. Su padre, actor mediocre, pronto se refugió en la bebida para paliar su fracaso artístico, para luego abandonar a la familia y morir poco tiempo después. Su madre, embarazada, continuó en las tablas con cierto éxito hasta que murió de tuberculosis el 8 de diciembre de 1811.
Fue adoptado por el comerciante de algodón John Allan y su joven esposa; esta última se encariñó con el pequeño Edgar, prodigándole cuidados y amor, en contraste con su esposo, un hombre de carácter tosco.
Realizó sus estudios en Inglaterra donde demostró un carácter taciturno y solitario, y se dedicó a la lectura.
En 1820 la familia Allan regresa a Estados Unidos y se traslada a vivir a la ciudad sureña de Richmond. En 1821 ingresa a estudiar a la aristocrática academia Burke, donde sufre en carne propia la marginación debido a sus raíces sociales por ser hijo de padres actores y pobres. Esto lo hace encerrarse más en sí mismo y buscar refugio en la lectura, es la época en que empezó a escribir pequeñas composiciones.
En 1826 se distanció de su padre adoptivo por cuestiones económicas y abandonó los estudios. Se dedicó al juego para sobrevivir. Llevaba una vida de bohemia y alcohol. Posteriormente se trasladó a Boston, donde escribió sus primeros poemas que fueron publicados en diarios de la ciudad.
Sus problemas económicos se acrecentaron y para poder hallar alimento y vestimenta se alistó en el ejército, ingresando en la academia militar de West Point, que luego abandonó por no adaptarse a las rígidas condiciones de la vida militar.
En 1832 publicó su primer cuento, Metzengerstein, y Manuscrito -hallado en una botella-se hizo acreedor de un premio por parte del periódico El Visitador del Sábado, de la ciudad de Boston.
En 1836 se casó con su joven prima Virginia Clemm, quien le representó una alta dosis de felicidad y de tranquilidad mental, a pesar de la estrechez económica en que se movía. Una de las paradojas en que se desenvolvió Poe fue que, a pesar de publicar sus cuentos, ensayos y críticas literarias, jamás salió de la pobreza.
La muerte de su esposa en 1847, víctima de una tuberculosis, hundió a Poe en la más terrible y profunda depresión, de la cual no salió nunca. Volvió a la bebida y a las drogas. Se convirtió en un verdadero fantasma y, pese a continuar escribiendo, no recuperó su pulso literario. Poe murió abandonado en la cama de un hospital, el 7 de octubre de 1849.
ALGUNAS DE SUS OBRAS
- La caída de la casa Usher (1839).
- Los crímenes de la calle Morgue (1841).
- La máscara de la muerte roja (1842).
- El pozo y el péndulo (1842)
- El gato negro (1843)
- Las aventuras de Arthur Gordon Pym (1838).
- El entierro prematuro (1844).
- La verdad sobre el caso del señor Valdemar (1845).
- El barril de amontillado (1846).
LOS ESCRITORES DIJERON DE ÉL
JORGE LUIS BORGES
“Poe se creía poeta, solo poeta, pero las circunstancias lo llevaron a escribir cuentos, y esos cuentos a cuya escritura se resignó y que debía encarar como tareas ocasionales, son su inmortalidad”.
RUBÉN DARÍO
“Era un sublime apasionado, un nervioso, uno de los divinos semilocos necesarios para el progreso humano, que por amor al eterno ideal tienen su calle de la amargura, sus espinas y su cruz”.