El hallazgo de vínculos genéticos entre
antiguos peruanos de la cultura preinca Mochica con un milenario pueblo
japonés llamado Aíno marcaría un aporte decisivo para la teoría de que
los pueblos de Asia aportaron en la creación de la civilización del
Nuevo Mundo, estiman expertos.
Esos vínculos genéticos entre peruanos y japoneses de la antigüedad
fueron descubiertos en investigaciones del antropólogo físico y
especialista en ADN antiguo, el nipón Ken-Ichi Shinoda, y el arqueólogo
peruano Carlos Elera, director del Museo Nacional de Sicán (norte).
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"Ese trabajo es absolutamente válido, de esta forma se está
completando información a través de la investigación genética, lo que
confirma una serie de hipótesis científicas que se encontraban a nivel
de especulaciones", dijo el arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras,
consultado acerca de la validez de esta investigación.
Shinoda y Elera hicieron durante tres años análisis de ADN en Estados
Unidos a muestras obtenidas de tejidos de humanos que habitaron hace
1.100 años en la costa norte de Perú, pertenecientes a la cultura
Sicán, con influencia mochica, en el departamento de Lambayeque, 750 km
al norte de Lima.
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Los resultados de los análisis fueron comparados con muestras tomadas
a personas de países asiáticos tras lo cual encontraron sorprendentes
resultados al comprobar que existieron vínculos genéticos entre los
antiguos moradores de Sicán con el pueblo japonés llamado Aíno, que
forma parte de la cultura nipona.
Lumbreras, ex director del Instituto Nacional de Cultura de Perú,
señaló que las indagaciones en torno al ADN dan sustento a la teoría de
la migración hace unos 12.000 años de poblaciones asiáticas hacia el
continente americano.
El pueblo japonés Aíno -según explicó- estuvo asentado desde tiempos
inmemoriales en el norte de Japón, en la isla septentrional de
Hokkaido, desde donde pudieron llegar a las islas Aleutianas y a la
península rusa de Kamchatka, para después pasar a América por el
Estrecho de Behring.
La arqueóloga Ruth Shady, descubridora de Caral (100 km al norte de
Lima), considerada como la ciudad más antigua de América, estimó que
hay muchas cosas que comparten las poblaciones americanas y asiáticas
"como efecto de las migraciones desde el Asia".
"De modo que en la composición del ADN seguramente estamos
compartiendo un gran porcentaje con poblaciones asiáticas", dijo Shady
a la, subrayando que hasta ahora no se había logrado avances en
análisis del ADN para comprobar la vinculación entre americanos y
asiáticos, especialmente entre la cultura Sicán con los aínos japoneses.
La arqueóloga subrayó que los estudios de ADN tienen que hacerse
sobre bases comparativas para que sean muy sustentables. "El trabajo
debe estar enmarcado en comparación con otras poblaciones para estar
seguros de que esa similitud se da sólo en los casos de Sicán con el
pueblo Aíno", observó.
Shinoda y Elera han anunciado que sus investigaciones continuarán con
nuevas pruebas que se harán a descendientes de mochicas que trabajan en
el proyecto arqueológico de Sicán y a descendientes vivos de antiguas
culturas de Asia, en especial la aína.
"Eso nos revelará el vínculo genético entre estos pueblos muy distantes
geográficamente que en la antigüedad establecieron relaciones
comerciales a través del mar", dijo Elera.
El objetivo es demostrar cómo las poblaciones de Asia llegaron a
América y de qué forma tuvieron contacto con la colectividad Sicán hace
1.100 años.
Los aínos son un pueblo aborigen del archipiélago japonés casi totalmente exterminado.