Se extinguió la vida del  Ing. León Febres-Cordero, un hombre que deja un vacío en la política ecuatoriana; a él le debemos que el país no esté azotado por la guerrilla, que Guayaquil sea un orgullo para quienes habitamos en ella. Fue cuestionado por sus detractores por haber reprimido a los grupos irregulares.

¿Qué opinarían esos detractores si la guerrilla hubiera asesinado a un ser querido, lo seguirían criticando?

Envío mis condolencias a los familiares del extinto mandatario, que tengan fortaleza para superar este duro momento.

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Rovinson Ortega Banchón
Guayaquil