| elaguacate@radiocity.com.ecEste martes es mi cumpleaños. El mismo día también celebra su nacimiento Demi Moore, la diferencia cronológica es que ella cumple 46 y yo 31, y con quince años de diferencia cómo no quisiera yo, y muchas de mi edad y aun menores (incluidas sus propias hijas), estar como ella. Por lo general la regla es que las mayores se quieren ver como las menores; escuchamos la expresión “juventud, divino tesoro” tantas veces de boca de personas más adultas con un dejo de añoranza y hasta un suspiro. Pero hay casos como el de Demi en el que uno dice “quisiera ser así de grande…” o mejor aún, “quisiera ser así ahora”. Probablemente sea esa innata belleza, quizás el baño de juventud que recibe al estar en compañía de Ashton Kutcher (quien a otras más bien les sacaría canas verdes) o tal vez las sanguijuelas que confesó recientemente utiliza como tratamiento de belleza. El punto es que al ver a Demi Moore en bikini en la película Los ángeles de Charlie 2 puedo deducir que la mayoría se preguntó: “¿Cómo hace esta señora para estar mejor que nunca?”. Botox, liftings, hidrataciones, pastillas, carboxyterapia, gel frío, batidos y las sanguijuelas de Demi... Esto es solo un mínimo de lo que se puede encontrar en el mercado para no envejecer, aunque es más bonito decir envejecer bien. Es obvio y evidente que al tener fortuna y estar en la industria del entretenimiento, donde la imagen es la principal herramienta de trabajo, muchas de las maduras más lindas del mundo invierten en este tipo de tratamientos; sin embargo, hay mujeres que parecen haber nacido para volverse más guapas mientras pasa el tiempo y a mi parecer el máximo logro es que, de haberlos, no son evidentes sus cirugías o tratamientos, sino su belleza. Dicen que los 40 son los nuevos 30, y buscándolas encontramos en todos los continentes mujeres que con más de 40 están en su mejor momento. En América del Sur tenemos un caso que a diario alborota el canal Fox Sports, no solo con sus gritos (un poco desgarbados para mi gusto) sino con su cuerpo. Catherine Fullop tiene 43 años y estoy segura de que Abigaíl a sus ficticios 17 en 1988 se hubiera quedado con el look de la cuarentona actual. Hacia el Norte, Cindy Crawford se pasea en bikini y nos preguntamos si es la serenidad de su actual vida familiar lo que la hace lucir como si el tiempo solo pasara para bien. En España está Isabel Preysler que con 57 años es muestra de que Julio Iglesias siempre tuvo buen gusto. Monica Bellucci, de 44, es una de las mujeres más sexies del planeta, opinión que es evidente en múltiples encuestas y rankings. Esta italiana, que debutó para América en Drácula de 1992 y más adelante enamoró a todo el mundo en Malena, ha dicho que quien la inspiró a iniciar su carrera actoral fue Sophia Loren. Tal inspiración es evidente, en la facilidad y profesionalismo para explotar cada curva del cuerpo a su favor, sin dejar de lado la excelente actuación. Claro que hablar de Sophia ya es capítulo aparte, o mejor dicho, en este caso cerrar con broche de oro. Esta italiana es la definitiva reina en lo que a verse bien de madura respecta. A veces pienso que lo que la hace lucir tan espectacular son esos lentes que nunca se quita, pero después recapacito porque no solo su cara es preciosa y sexy sino el cuerpo. Y ojo que estamos diciendo sexy a los 74, porque esa es la edad que cumplió el pasado 20 de septiembre. Tal vez lo más encantador de Sophia es haber regalado un secreto para sentirse y verse deslumbrante; una vez dijo: “El sex appeal es 50% lo que tienes y 50% lo que la gente cree que tienes”. A creerse eternamente lindas entonces.EL AGUACATE en Radio City: FM 89.3 Guayaquil y FM 99.7 la Península, de lunes a viernes, 18:00