Y aunque solo era una “percepción”, el Gobierno lanzó un Plan de Seguridad que le cuesta $ 320 millones, ordenó el traslado de la Comandancia de la Policía Nacional a Guayaquil y cambió la cúpula de ese organismo en varias provincias.
El pasado lunes, en su discurso por las fiestas de Independencia de Cuenca, el presidente Rafael Correa admitió, sin embargo, que no se ha logrado disminuir el auge delincuencial.
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“A nivel nacional, los índices de inseguridad no han crecido... Lo que sí es cierto es que tampoco la hemos reducido drásticamente, entonces nosotros estamos aquí para cambiar el país y tenemos que cambiar radicalmente esos niveles de inseguridad. Esta semana me voy a dedicar a eso precisamente, voy a tener una reunión muy importante porque ya estoy cansado de dilatorias y de pretextos”.
El aparente fracaso de la política de seguridad de Correa radica en que “no hay una comprensión cabal del problema”, dice Lautaro Ojeda, ex subsecretario de Seguridad del gobierno de Alfredo Palacio.
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“Se considera que solo hay que combatir a los delincuentes, no se mira el origen de la violencia, como la corrupción, la migración, la impunidad, la desconfianza en las instituciones, la inequidad...”.
Ojeda destaca el interés del Mandatario en aliviar el problema dotando a la Policía de recursos, pero cuestiona que exija resultados inmediatos porque estos llegarán a mediano y largo plazo atados a otras medidas para reducir la pobreza. “Parece que él tampoco comprende bien el tema”, indica.
El ex gobernador del Guayas, Leonardo Vicuña, sostiene que el régimen tiene, por primera vez desde la creación de la Policía, un Plan de Seguridad Ciudadana con financiamiento.
Vicuña dice que el Presidente no ha cambiado de discurso respecto a la inseguridad.
“El tema de la delincuencia no es nuevo; está conectado a las estructuras económicas y sociales del país. Mientras estas no se modifiquen seguirá siendo una realidad que hay que combatir”, dijo.
Franklin Gallegos, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Seguridad Integral e Investigación (Anesi), indica que el despunte de la inseguridad en Guayaquil, por ejemplo, es consecuencia de un equivocado manejo político.
Así, por ejemplo, a raíz de la disputa con el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, el régimen retiró el apoyo financiero a la Corporación de Seguridad Ciudadana. “Lo más importante era unir fuerzas para combatir la ola delictiva”, refiere.
TEXTUAL: 9 de septiembre/2008
Fernando Bustamante
Ministro de Gobierno
“No hay ningún brote (delincuencial)... Hay una política comunicacional destinada a cualquier hecho de violencia”.