Los restos momificados del "hombre de los hielos", que tenía aproximadamente 46 años cuando murió, fueron descubiertos en 1991 por dos turistas alemanes en un glaciar en territorio italiano cerca de la frontera con Austria.
Su cuerpo se había preservado casi totalmente, junto con una colección de ropas y armas, gracias a las bajas temperaturas en las que se conservó, lo que ofrece una percepción sin precedentes sobre el Neolítico tardío o la Edad del Cobre.
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Según las investigaciones desarrolladas, Oetzi, cuyo cuerpo se exhibe desde 1998 en el museo de Bolzano (norte de Italia) resultó gravemente herido por una flecha y fue posiblemente rematado con un golpe en la cabeza.
Después de morir, el código genético comienza a degradarse inmediatamente, de forma que las muestras antiguas de ADN están muy fragmentadas, lo que obliga a que cualquier estudio de estas últimas tenga que completarse en cientos de secciones.
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Para esta investigación, los científicos examinaron alrededor de 250 fragmentos, cada uno de los cuales tuvo que ser secuenciado muchas veces para garantizar que los resultados no se distorsionaban.