El 13 de octubre de 1983, en Chicago (EE.UU.), David Meilahn se convirtió en el primer usuario comercial en el mundo de un teléfono celular. Él tomó en sus manos el DynaTAC 8000X, de Motorola –creado por Martin Cooper–, que pesaba 2,5 libras, con 33 cm de alto por 9 de ancho y casi 5 de grosor, dimensiones superiores a las que tiene un ladrillo (de ahí su denominación). Lo acompañaba un complejo sistema que instaló en el baúl de su auto.