Carola Zerega sacudió Diva Nicotina

Jenny Villafuerte en guitarra y voz, Raúl Molina, calificado por  la Zerega como El Gatito en batería, el Jefe Vergara en bajo, Roberto Falquez mostrando su dominio en guitarra española y el emblemático Carlos Prado en flauta como invitado en ciertas canciones eran solo parte de un grupo talentoso y muy representativo de lo mejor en la escena musical.

Con una variación en su gesticulación, y movimientos de brazos y manos en estilo flamenco, Carola encendió al público con Malo, destacando Falquez con una guitarra española que le imprimía identidad al programa en apoyo al canto apasionado característico de la Zerega.

Gato, dedicada a Raúl Molina, destacó al Jefe Vergara en bajo y Los muchachos dedicada a “los panas que pasan mucho tiempo con uno”  fue breve pero muy intensa con fuerte acento español en la guitarra de un Falquez impecable sin hacer una demás.

Ella combinó el charrasqueo de Jenny Villafuerte y el punteo de Falquez tocando sus respectivas guitarras y causando un hermoso efecto, mientras Carola acentuaba  el nivel dramático en su voz,  justo antes de subir a Carlos Prado al escenario.

Cambiando de rumbo, tocaron Sabor, sabor, una linda melodía interpretada con el buen gusto que distingue al histriónico flautista y suscitando en Carola un estilo de canto suavecito, realmente lindo y muy seductivo que, de cuando en cuando y para matizar, conviene.

Pero había más sorpresas. Ana María Adum, bailarina y ex reina de Guayaquil, interpretó Poquito a poco, Ahí estás tú y Como quieres que te quiera en diversas ubicaciones, desde el piso hasta una puerta sirviendo como mesa y por último, en los escalones vestida con falda y pañolón para escenificar la música de corte español.

Con Prado nuevamente en flauta hicieron Como quieres que te quiera, de Rosario (muy parecida a Carola), y que fue probablemente la canción mejor  balanceada instrumentalmente y más conveniente para la voz de la cantante estelar. Pero fue en Nostalgia amarosa que Carola Zerega desplegó ese torrente de voz sosteniendo eternamente para una fanaticada que seguro la estará esperando.