La melamina, que provocó una gran inquietud cuando fue detectada en los productos lácteos de China, es en realidad una sustancia poco tóxica, señalaron varios expertos en cuestiones sanitarias y alimentarias.
"Es un producto muy poco tóxico, en realidad se utiliza para fabricar numerosos recipientes e incluso tazones para bebés", destacó uno de esos expertos.
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Fue la cristalización provocada por la melamina, cuya solubilidad es débil, la que provocó dificultades renales a todos los bebés, en cuatro casos mortales.
En Francia, esta sustancia fue ensayada, a fines de los años '50, como un aporte alimentario para las vacas con el objetivo de permitir un aumento del nivel proteico de su leche, antes de que se abandonase esa opción debido a que los animales no la asimilaban.
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Los niños que cayeron enfermos en China después de haber ingerido leche contaminada con melamina no sufrieron problemas toxicológicos -que hubieran podido traducirse por ataques al sistema nervioso, o a las funciones vitales- sino mecánicas por su cristalización, indicaron los expertos.
Estos destacaron que la presencia de melamina en numerosos productos chinos en el mundo no provocó una crisis sanitaria mundial propiamente dicha. La melamina sólo fue detectada porque se la buscaba después de la alerta procedente de China. No mató a nadie, ni enfermó a ningún ser humano fuera de China.
"¡Sólo la dosis crea el veneno!", explicó un experto. La melamina es tóxica en la rata sobre un tope de 3 gramos/kilo de peso. En otras palabras, si la toxicidad fuese similar en el ser humano, un hombre de 70 kilos debería ingerir más de 200 gramos, y todos juntos, para morir por esa causa.
Los bebés chinos murieron debido a su dependencia alimentaria exclusiva del sustituto materno al cual se habían agregado dosis masivas de melamina.