NIÑO DE PRAGA. Imagen religiosa. En las primeras indagaciones se comprobó que no se forzó ninguna de la puertas del museo.
A un año del robo de la Custodia de Riobamba (manto y corona de la Virgen de Balbanera, que se exhibían en el Museo de las Conceptas), el pasado viernes, del Museo particular Córdoba Román desapareció la imagen del Niño de Praga, que fue traída de la antigua Riobamba hace más de 209 años.
Presentado el informe policial y la denuncia por parte de los afectados, el agente fiscal de Chimborazo, Bécquer Carvajal, inició la indagación previa para dar con el paradero de los autores, cómplices y encubridores de este delito.
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El hecho causó conmoción en los riobambeños, especialmente en los fieles devotos que acudían diariamente hasta el oratorio del Niño de Praga a pedir favores, ya que aseguran “es muy milagroso”.
“No se ha perdido solo una imagen, sino la fe de miles de hombres y mujeres que creen en el Niño de Praga”, dijo Victoria Román Chiriboga, de 85 años, propietaria del Museo.
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La mujer fustigó el hecho de que ni las autoridades municipales ni las instituciones se hayan encargado de proteger estas reliquias religiosas.
“No han hecho nada, ni un inventario de los museos particulares, donde se encuentra la riqueza e historia de nuestros antepasados”, resaltó Román.
Los dueños del museo son descendientes de hombres y mujeres vinculados con la historia en nuestro país, como el general José María Córdoba, héroe de Pichincha y Ayacucho; del general Julio Román Lizarzaburo, fundador del Radicalismo Ecuatoriano; y de José Antonio Lizarzaburu y Dávalos, constructor de la nueva Riobamba en 1799.
Según apreciaciones de técnicos del Banco Central del Ecuador (BCE), que hace 20 años evaluaron la imagen del Niño de Praga, esta fue esculpida a finales del siglo XVIII por el cuencano N. Vélez, de la Escuela Quiteña.
La imagen era exhibida en una urna, la misma que se conectaba a una puerta trasera que daba al comedor, en donde se atendía a los invitados. Este acceso fue adecuado para darle mantenimiento y aseo a la imagen, y se presume que es por donde ingresaron los pillos.
“En nuestra vivienda (Velasco y Veloz) la imagen perduró 100 años, y en mis manos 60. Es una obra cultural a la que no se le puede dar valor alguno, pues pertenece al patrimonio de la nación”, dijo Eduardo Córdoba, propietario del museo.
Junto con la imagen del Niño de Praga, los ladrones también se llevaron una corona de metal fino bañada en oro, adornada con piedras “que no eran auténticas”, añadió Córdoba, quien está convencido de que la persona que cometió el delito es alguien que conoce la casa, porque no forzó las cerraduras.
Detalles
Características
La imagen del Niño de Praga tiene una altura de 55 centímetros. Su mano derecha está levantada en actitud de bendecir, mientras que la otra sostiene un globo que representa a la Tierra.
Historia
La ferviente devoción al Niño de Praga comenzó a principios del siglo XVII. La princesa Polyxenia de Lobkowitz recibió, como regalo de su madre en su matrimonio, una hermosa estatua del Divino Niño procedente de España. Después de la muerte de su esposo, la princesa se dedicó a las obras de caridad, donde los religiosos de la orden Carmelita en Praga era los más favorecidos. En 1628 estalló la guerra en Praga y el monasterio fue reducido a la pobreza. Ella se presentó con la imagen y les dijo: “Traigo el objeto de mi mayor aprecio en este mundo. Honrad y respetad al Niño Jesús y nunca os faltará lo necesario”.